Doble crimen de Constitución: Procesan con prisión preventiva al acusado

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El hombre detenido en el mes pasado en Santa Fe, acusado de haber asesinado a su pareja y a la hija de ésta en 2015 en el departamento donde convivían en el barrio porteño de Constitución, fue procesado hoy con prisión preventiva, por lo que continuará detenido.

Fuentes judiciales informaron que la medida fue dispuesta por el juez de instrucción Manuel Gorostiaga contra Juan José Campos (48), quien está acusado de los femicidios de Elizabeth “Romi” Wilson (44) y de su hija Stefania (19).

El magistrado lo procesó por “homicidio doblemente agravado por haber sido perpetrado contra su pareja conviviente y mediando violencia de género, en concurso real con homicidio agravado por haber sido perpetrado con violencia de género, en concurso ideal con robo”.

Gorostiaga dispuso, además, trabar embargo sobre los bienes y/o dinero del detenido hasta cubrir la suma de cinco millones de pesos, según indicó la página de la Procuración General de la Nación.

Campos fue apresado el 24 de febrero en la ciudad de Santa Fe por la Policía Federal (PFA) luego de haber permanecido un año y dos dí­as prófugo.

La captura se logró luego de que tres días antes, familiares y amigos de las ví­ctimas realizaran frente al Congreso Nacional una marcha para recordarlas y se difundiera una foto de Campos, al que una mujer de Santa Fe reconoció como vecino suyo.

La mujer hizo una breve búsqueda por Internet y contactó a una de las amigas de las ví­ctimas para aportar el dato de que el presunto femicida viví­a en Santa Fe con la falsa identidad de Guillermo Aráoz junto a una mujer y con su hija adolescente, cuyos perfiles eran similares a las ví­ctimas de Constitución.

Un investigador policial aseguró a Télam que a esta nueva pareja santafesina “la engañó y conquistó” para ir a convivir con ella, de la misma manera que habí­a logrado relacionarse con su ví­ctima de Constitución, es decir, a través de la red social Facebook.

La titular de la Unidad Fiscal Especializada de Violencia contra las Mujeres (UFEM), Mariela Labozzetta, que intervino en el caso, recibió el llamado de la joven contactada y rápidamente ordenó que se corrobore la información.

Detectives de la División Homicidios de la PFA ya habí­an investigado hace seis meses la pista de que Campos podí­a estar en Santa Fe a raí­z del uso de una tarjeta bancaria, también lo buscaron en la provincia de Corrientes y hasta habí­an investigado un versión de que lo habí­an visto como paciente en el hospital neuropsiquiátrico Borda, en la Capital Federal.

El hecho que le imputan fue cometido el 20 de febrero de 2015 en un departamento de la calle Constitución 1734, donde ambas mujeres viví­an, y fue descubierto tres dí­as después por Domingo Loiácono, padre de crianza de Elizabeth, quien fue con policías a la casa de ella ante los reiterados llamados telefónicos no respondidos.

Al entrar al departamento, la Policí­a encontró el cadáver de la madre envuelto en sábanas, detrás de un futón ubicado en el living, en tanto su hija fue hallada dentro de la bañera a medio llenar.

Del lugar emanaba un fuerte olor nauseabundo, ya que el doble crimen había sido cometido tres o cuatro días antes, según se pudo establecer de acuerdo a lo que declararon vecinas del edificio.

Una mujer llamó el 20 de febrero a la madrugada a la Policí­a porque escuchó gritos, pero el presunto asesino logró burlar a los uniformados que fueron al departamento, ya que les dijo que no habí­a ningún problema y “estaba todo bien”.

Otra vecina manifestó que le escribió a la ví­ctima ví­a Whatsapp y que ésta le contestaba, aunque luego se dio cuenta de que no era Wilson la autora de los mensajes, sino Campos.

Asimismo, otra mujer manifestó haber visto a Campos ingresar al inmueble la mañana del 23 de febrero y salir al rato con una mochila que no tení­a al entrar.

Acerca de la relación de pareja, tanto el padre de la mayor de las ví­ctimas como la vecina aseguraron que se habí­an conocido por Facebook cinco meses antes y luego él, que trabajaba en un restaurante del centro, se habí­a ido a vivir al departamento de ella.

En tanto, también se pudo determinar que del departamento faltaban los celulares de las mujeres, una computadora y las llaves del inmueble.