Caso Dalmasso: las pruebas que complican al viudo de la víctima

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Fuente Clarín: 

Una “filtración judicial” apuró al fiscal Daniel Miralles a terminar su acusación contra el traumatólogo Marcelo Eduardo Macarrón (57) por el crimen de su esposa, Nora Dalmasso (52), ocurrido hace casi una década, la madrugada del sábado 25 de noviembre de 2006. Y el último viernes a la tarde se conoció la novedad, que causó un verdadero terremoto judicial, político y social en Río Cuarto, la segunda ciudad de la provincia de Córdoba.

Miralles le fijó a Macarrón una fianza de $ 3.000.000 para seguir en libertad. Y lo citó a declarar dentro de una semana, el lunes 28. Hoy, el penalista Marcelo Brito se presentará como defensor del viudo. Fuentes judiciales confiaron a Clarín que no se descartan nuevas imputaciones. “Marcelo está devastado, destruido, por esta imputación irracional del fiscal”, confió ayer Brito a este diario.

Hace poco más de un mes, el 15 de febrero pasado, Miralles asumió como nuevo fiscal de Río Cuarto. Y a él le tocó heredar el caso, que durante nueve años investigó sin resultados el renunciante Javier Di Santo, denunciado por su inacción deliberada por el Observatorio de Derechos Humanos de la Universidad Nacional de Río Cuarto.

En un mes, Miralles analizó el voluminoso expediente que lleva más de 25 cuerpos. En los últimos días, el nuevo fiscal del caso viajó a Córdoba, donde se reunió con el fiscal general, Alejandro Moyano, a quien le detalló sus sospechas y los pasos a seguir.

Horas después de ese encuentro, el pasado 10 de marzo, Brito, que defiende los intereses del viudo Marcelo Macarrón y sus hijos Facundo (29) y Valentina (27), presentó como nuevo querellante en la causa, al hijo mayor de la víctima. Macarrón y su hija se habían constituido como querellantes hace apenas 18 meses, ocho años después del crimen.

Los únicos que inmediatamente después del asesinato de Nora se presentaron como querellantes fueron sus padres Enrique Dalmasso y Delia Grassi, y su hermano Juan. Tras la muerte de Enrique, Juan era quien todas las semanas o cada 15 días pasaba por el despacho del fiscal Di Santo a preguntar si había novedades sobre el asesinato de su hermana.

Facundo, nuevo querellante en la causa, fue sobreseído definitivamente el 11 de octubre de 2012. Esa vez, Brito reveló públicamente que el hijo de Nora iniciaría acciones. Tardó tres años y cinco meses en efectivizar su anuncio. Quizás, cuando le filtraron las dudas de Miralles sobre su padre.

Fuentes del caso confiaron a Clarín que el fiscal sospecha de filtraciones judiciales para beneficiar a Marcelo Macarrón y entorpecer la investigación.

Paradójicamente, entre quienes aportan testigos inverosímiles e hipótesis disparatadas sobre cómo ocurrió el crimen está Diego Estévez, abogado querellante de Delia Grassi, la madre de Nora. A fines de febrero, Estévez introdujo una nueva línea de investigación, que apuntaba a un hombre, cercano a la familia, que mató a Nora tras abusarla sexualmente.

Sin embargo, Juan Dalmasso, quien el viernes declaró ante el fiscal Miralles –ratificó sus cuatro declaraciones anteriores–, no descarta una motivación económica en el asesinato de Nora: “Hay nuevas pruebas que envió el fiscal federal de Córdoba (Enrique Senestrari). No hemos podido verlas, aunque suponemos que es algo que puede abrir una línea de investigación. Veníamos sospechando algo por unos dichos de personas y esto puede aportar algo más”, había dicho Juan el 25 de noviembre pasado, a la salida de la misa en memoria de Nora, al cumplirse nueve años del homicidio.

Miralles decidió imputar al viudo por el crimen de su esposa luego de analizar detalladamente la prueba genética y la autopsia realizada por los forenses Virginia Ferreyra, Martín Subirachs y Guillermo Mazzuchelli, con tres conclusiones:

  1. La víctima tenía dos lesiones por defensa: golpe en el codo y en la cabeza.
  2. El acto sexual con restos de ADN de linaje Macarrón fue contemporáneo a la muerte.
  3. Había ADN Macarrón en la zona genital de Nora y el lazo de la bata con que la ahorcaron