Mató y descuartizó a un jubilado para cobrar un plazo fijo

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Foto: Diario Río Negro.

Un jubilado de 79 años fue descuartizado en la localidad rionegrina de Fernández Oro, y por el caso fue detenido un joven de 23 años que robó los certificados de plazo fijo de la víctima y los documentos para retirar el dinero, informaron fuentes policiales.

El principal sospechoso habría sido uno de los dos inquilinos del jubilado. El hombre le alquilaba a cada uno una habitación en el fondo del patio de su casa. Mientras uno de ellos se presentó y declaró que había trabajado todo el sábado -día en que se produjo el crimen-, el otro nunca apareció ni se presentó ante la Policía.

El cadáver de Parra fue encontrado en su domicilio las 17.15 del lunes, luego de que la familia radicara una denuncia policial por averiguación de paradero. El sábado pasado, la nieta del hombre llegó a la vivienda de la víctima y se preocupó que no le contestara los llamados.

Tras ser radicada la denuncia, la Policía y el cuerpo de bomberos irrumpió en la casa por la fuerza y se encontró con una escena dantesca: manchas en el piso, tejidos sobre el inodoro, y parte del torso, una pierna y un brazo llenos de cal fueron descubiertos por los uniformados.

El cadáver se encontraba entre dos medianeras y sólo se podía observar desde los techos. Los bomberos rompieron uno de los paredones y hallaron las bolsas que contenían los restos mutilados en ocho partes. La cabeza apareció en la letrina.

Además, se secuestró un hacha ensagrentada que será analizada para ver si fue el arma con el cual se asesinó al hombre o solo se lo descuartizó después de muerto. Según el primer informe, el anciando habría sido asesinado de varias puñaladas y luego fue cercenado con el hacha.

Bajo esas circunstancias de terror, el juez a cargo de la causa, Santiago Márquez Gauna autorizó siete allanamientos y en uno de ellos se encontraron elementos que permitieron identificar al principal sospechoso. Los elementos de prueba aparecieron en la casa de la novia del presunto asesino, en la que se encontraron una mochila con el DNI de la víctima, cuatro certificados de plazo fijo, un revólver calibre 22, cartuchos y municiones, dos cuchillos de gran tamaño con manchas presuntamente de sangre, dos botellas de thinner y una prenda de vestir.

El sospechoso quedó detenido e imputado por el delito de “homicidio criminis causa”, una carátula que admite prisión perpetua y que tiene como definición “matar para ocultar otro delito”, en este caso el robo de los depósitos bancarios.