La hija hipoacúsica de las víctimas del doble homicidio de Flores mencionó en su declaración ante la Justicia que la empleada doméstica de sus padres, una mujer de nacionalidad paraguaya, podría estar relacionada con el crimen, informaron hoy fuentes de la investigación.

María Rosa Gianelli (43) apuntó contra la nueva sospechosa, de nombre “Olga”, en la extensa declaración que el lunes por la noche brindó en la comisaría 50.

La declaración de la hija de Orlando Gianelli (79) e Hilda Lubis (77) fue tomada por los secretarios de la Fiscalía en lo Criminal y Correccional 30 y, por tratarse de una persona hipoacúsica, con asistencia de un intérprete del Programa Nacional de Asistencia para las Personas con Discapacidad en sus Relaciones con la Administración de Justicia (ADAJUS).

La hija, quien está siendo investigada en la causa como sospechosa junto a su esposa, dijo que Olga estaba en la casa de sus padres el viernes pasado, la última vez que los vio con vida antes de encontraron el lunes a la mañana asesinados.

Gianelli comentó que la empleada, de origen paraguayo, también tiene llaves de la casa y más allá de que no había ambientes revueltos y por le momento no se detectaron faltantes, le dijo a los investigadores que ella creía que podía tener alguna relación con el doble crimen y que no había podido contactarse con ella.

Los investigadores policiales intentaban localizar a esta mujer y la fiscalía la citará en las próximas horas para una declaración.

La fiscal Marcela Sánchez, titular de la Fiscalía 30, regresó hoy de su licencia, se reunió con sus secretarios para analizar el sumario policial y las actuaciones dirigidas hasta ayer por su colega subrogante Pablo Recchini y tomó personalmente la declaración testimonial del hijo varón de las víctimas, que llegó ayer de Estados Unidos, donde reside.

También mandó a pedir a los detectives de la División Homicidios de la Policía de la Ciudad que trabajan en la causa, que busquen videos de la cuadra de la Avenida de Mayo al 1400, donde viven en una habitación de un hotel familiar María Rosa Gianelli y su pareja.

“Hay algunas contradicciones entre lo que declaró una y la otra respecto a qué hicieron durante el fin de semana”, dijo a Télam una fuente con acceso al expediente.

Los únicos videos que hay por el momento son de una cámara ubicada en la cuadra de la casa donde ocurrió el crimen, Morón al 2700 de Flores, que captó a dos personas que aparentan ser mujeres alejándose de espaldas.

El hotel de Avenida de Mayo 1480 fue allanado el lunes por la noche y en la habitación del quinto piso rentada por la hija del matrimonio Gianelli y su mujer, los investigadores secuestraron varias prendas de vestir con machas que podrían ser de sangre y otras lavadas, que serán analizadas por peritos.

También serán sometidos a estudios de ADN una serie de cabellos y material genético que se levantaron de las manos y debajo de las uñas de las víctimas, ante la sospecha de que en un intento de defensa alguno de los ancianos haya podido arrancarle pelos o arañado a quien los asesinó.

Ayer, la fiscalía informó a través de un comunicado emitido en el sitio fiscales.gob.ar que más allá del allanamiento en el hotel de Montserrat donde vive la hija de las víctimas y su esposa y “se secuestraron elementos de interés para la investigación”, la realidad es que “no se descarta ninguna hipótesis delictiva”.

Los resultados preliminares de las autopsias revelaron que Lubis sufrió 69 puñaladas en la cara, la zona superior del torso y cuello; mientras que su marido Gianelli presentaba cuatro profundos cortes en el abdomen.

El doble crimen fue descubierto el lunes por la mañana en la casa del matrimonio de ancianos, ubicada en la calle Morón 2719, en Flores.

La hija sordomuda de las víctimas, quien trabaja en el Hospital Álvarez, ubicado en frente a la vivienda, entró a la casa y vio a su madre asesinada en el living de la planta baja y a su padre en la cama de su habitación del primer piso, donde estaba postrado por sus problemas de movilidad.

Desde el inicio, los investigadores no creyeron en la hipótesis de un robo y apuntaron hacia el entorno porque están convencidos que el o los asesinos entraron con llave o conocían a las víctimas.