María Esther Gallardo, madre de Fabián Tablado, el femicida que en 1996 asesinó a su novia Carolina Aló de 116 puñaladas y quedó con prisión preventiva por violar dos restricciones perimetrales que tenía con el padre de la víctima y con sus hijas mellizas, aseguró que “es un castigo” que su hijo esté nuevamente preso y consideró “diabólico” todo “lo que le hacen”.
“Es un castigo porque mi hijo no hizo nada. Estuvo 26 años preso. La pulsera que le pusieron el 2 de marzo vencía a los 45 días por eso tenía vencida la restricción”, aseguró Gallardo.
La mujer hizo referencia a la pulsera electrónica que tenía colocada su hijo tras salir de prisión el 6 de marzo último luego de cumplir una condena de 24 años por el femicidio de Carolina Aló.
Edgardo Aló, padre de la adolescente asesinada de 116 puñaladas, había solicitado una restricción perimetral para que Tablado no se acercara a 500 metros de su domicilio y de su lugar de trabajo, y una medida igual pesaba para con sus hijas.
Además, tenía otra restricción perimetral impuesta por la misma jueza de familia para que no se acercara a menos de 300 metros de su exmujer, Roxana Villarejo -con quien se casó en la cárcel en 2007, luego se separó y amenazó de muerte, hecho que le valió una segunda condena.
“Mi hijo fue con mi exnuera al Juzgado para que le saquen la tobillera pero como estábamos en pandemia nadie los atendió”, expresó la mujer, quien aseguró que para Tabado “sus hijas son el amor de su vida”.
Al referirse a Aló, dijo: “Que agarre un revólver y nos mate a todos así queda conforme”.
La mujer dijo que “el único error que cometió” Tablado “fue hace 26 años” y que si volviera a cometer algún delito ella misma lo llevaría “de las pestañas” a una comisaría, ya que “no lo iba a perdonar otra vez”.
Tablado “no violó ninguna ley; trabajó en casa pintando, vendía manualidades por internet”, contó.
Al borde de las lágrimas concluyó: “Pongan la pena de muerte y se acabó. Me están martirizando a mí, a mi esposo, mis cuatro hijos y a mis nietos”.