Por un tiroteo en la puerta de un hospital, cae una banda que robaba en financieras y joyerías

813

Cinco personas, entre ellas un camillero, fueron detenidas acusadas de integrar una banda que se dedicaba a cometer robos a financieras, casas de cambio y joyerías, y que fue identificada porque hace un mes baleó en la puerta de un hospital de Quilmes a un policía que salió en defensa de un comerciante asaltado.

Fuentes judiciales y policiales dijeron que la misma organización está también acusada de cometer entraderas y escruches en viviendas en la zona sur del conurbano.

El caso que les permitió a los investigadores dar con la banda ocurrió el 29 de abril último, cuando dos de sus integrantes balearon en un brazo a un policía que salió en defensa de un joyero que había sido herido por “motochorros” y buscaba refugio en la guardia del hospital Isidro Iriarte, de Quilmes.

Los voceros dijeron que las detenciones de los cinco sospechosos se registraron ayer tras once allanamientos realizados en distintos domicilios de Berazategui y Quilmes por orden de la fiscal de la causa, Ximena Santoro.

Los hermanos Carlos y Eduardo Milo, alias “Toti”, fueron señalados como los líderes de la banda e imputados como coautores del delito de “robo calificado por el uso de arma en concurso ideal con robo calificado por resultar lesiones graves y en concurso real con resistencia a la autoridad”.

Además, un hombre identificado como Simón Goméz fue detenido como presunto “partícipe necesario”, mientras que una mujer llamada Pamela Ochoa y un camillero llamado Eduardo Sánchez, que trabajaba en el hospital Evita Pueblo de Berazategui, quedaron imputados por “encubrimiento agravado por resultar de un hecho precedente especialmente grave”.

Es que esas dos últimas personas habían auxiliado a Cristian Romero, un delincuente detenido en mayo por haber asaltado al joyero y baleado al policía, junto a un cómplice identificado como Juan Carlos Forlán (45), que murió tras ese hecho.

En esa ocasión, los dos ladrones en moto persiguieron a la víctima, que también iba en un rodado similar y recibió un balazo en una pierna, hasta la entrada del hospital Iriarte, ubicado en la esquina Allison Bell y Humberto 1° de Quilmes.

Allí, un policía de la Unidad de Prevención Local que realizaba tareas de seguridad en la entrada de la guardia salió a la calle a defenderlo y, cuando extrajo su arma y dio la voz de alto, los delincuentes lo balearon en el antebrazo izquierdo y huyeron.

Al día siguiente, el cuerpo de Forlán fue hallado con varios disparos en una calle de Ezpeleta, mientras que Romero quedó herido de bala en la cintura y guarecido en la casa de Gómez.

“La mujer detenida le proporcionó los calmantes inyectables y lo asistió para evitar a que sea trasladado a un centro de salud y que sea fácilmente vinculado al hecho del hospital, mientras que el camillero facilitó las órdenes para la adquisición de los fármacos”, dijo un vocero encargado de la pesquisa.

Tras 5.000 horas de escuchas telefónicas y distintas tareas de inteligencia, los investigadores establecieron que el rol de los hermanos Milo era el de “organizadores” de la banda.

“Se manejan con otras personas que van fluctuando, que se acercan a la organización a aportar el dato sobre algún negocio de joyería, casas de cambio, financieras, locales de Pago Fácil, aunque también hacen entraderas y escruches, todos robos con armas y violentos”, precisó la fuente.

En ese sentido, parte de la banda también había participado el 11 de mayo del año pasado en un robo a una financiera, donde hubo un enfrentamiento con personal de seguridad y un delincuente murió baleado.

Por la magnitud de la banda, que tenía un núcleo central de marcadores, financiadores y reducidores, las tareas investigativas fueron realizadas por personal de la comisaría 1era. bajo la supervisión de la fiscal Santoro, en conjunto con la Dirección de Crimen Organizado de la Policía.

Las fuentes dijeron que funcionaria judicial indagará a los acusados en el transcurso de esta jornada.

En los procedimientos fueron secuestradas siete armas de fuego, entre ellas una pistola Beretta calibre .22 y cinco revólveres; un handy con frecuencia policial y una chomba azul con la inscripción “Policía de Investigaciones”.

Los efectivos también se incautaron de un auto Fiat Punto que fue utilizado para transportar al delincuente muerto a Ezpeleta y que tenía manchas de sangre, que serán sometidas a exámenes de ADN para determinar si efectivamente pertenecía a Forlán.