Nueva perimetral para Tablado: ahora no se puede acercar al padre de Carolina Aló

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La Justicia emitió una nueva orden de restricción perimetral para que Fabián Gerardo Tablado, quien en 1996 asesinó de 113 puñaladas a su novia Carolina Aló en Tigre y cumplió su condena con 24 años en prisión, no pueda acercarse a menos de 500 metros del domicilio de Edgardo Aló, padre de la víctima, informaron fuentes judiciales.

La medida fue dictada por la jueza de Familia 2 de Tigre, Silvia Sendra, la misma que ya había impuesto para Tablado (44) una perimetral para que no se acerque a su ex mujer ni a sus hijas y que para monitorearlo le colocó una tobillera electrónica.

Además, la magistrada ordenó que el ex convicto realice un curso para “hombres que ejercen conductas violentas en la pareja”.

En el primer punto del fallo, la jueza ordenó “imponer a Fabián Gerardo Tablado la prohibición de acercarse a menos de quinientos (500) metros del Sr. Edgardo Héctor Aló en cualquier lugar que éste se encontrase”.

“Queda asimismo expresamente prohibido al denunciado, acercarse a menos de quinientos (500) metros del domicilio o lugar de trabajo del denunciante, aún en su ausencia, bajo apercibimiento de aplicarle las sanciones correspondientes”, agregó.

Sendra también le ordenó a Tablado “abstenerse de realizar actos de violencia, perturbación o intimidación, mediante cualquier modalidad (telefonía, Internet, valiéndose de terceras personas, etc.)”.

La resolución también confirmó que Tablado volvió a vivir en la casa donde hace casi 24 años asesinó a su novia, ya que el segundo punto ordenó “notificar al accionado en su domicilio de la calle Albarellos 348 de Tigre”, lugar donde siempre continuaron viviendo sus padres y donde el 27 de mayo de 1996 cometió el femicidio de las 113 puñaladas.

Además, la jueza le impuso a Tablado la obligación de asistir a una audiencia en su juzgado “cualquier día hábil a las 8, dentro de las 48 horas de haber sido notificado”.

La perimetral fue impuesta por “180 días a partir de su notificación a ambas partes y será prorrogable en el supuesto de que perdure la situación denunciada”.

Como medida extra, la jueza Sendra también ordenó que Tablado deberá concurrir en Tigre al “Programa Psicoeducativo para Hombres que Ejercen Conductas Violentas en la Pareja” y “acreditar dentro de las 48 horas su concurrencia, solicitando a tal fin en el organismo un certificado de asistencia”.

Aló aseguró que más allá de estar “conforme” con la medida, analizaba presentar la semana que viene otra petición para que la perimetral “sea por 50 o 100 kilómetros, algo de lo que ya hay antecedentes”.

La resolución de la jueza Sendra es la respuesta a un planteo que el propio Aló había presentado el 27 de febrero -un día antes de que el asesino de su hija recuperara la libertad-, con un escrito en el pedía perimetral que lo proteja a él y también a su ex mujer y su hijo, algo que la magistrada no resolvió porque deberán hacer una presentación por separado.

A una semana de haber salido de prisión, Tablado sumó así una segunda perimetral, ya que la misma jueza de Familia de Tigre le notificó el viernes que tenía prohibido acercarse a menos de 300 metros del domicilio de su ex mujer, Susana Villarejo -con quien se casó en la cárcel en 2007, luego se separó y amenazó de muerte, lo que valió otra condena-, y de sus hijas mellizas de 11 años.

Incluso, la jueza dispuso para Tablado una tobillera electrónica para monitorearlo las 24 horas y logró que Villarejo se coloque de manera voluntaria el mismo dispositivo para que en caso de que uno se aproxime al otro, se activen las alarmas.

El martes, hubo una falsa alarma cuando Villarejo fue captada a unos 200 metros del domicilio de Tablado, pero se corroboró que se trataba de una falsa alarma porque la mujer había ido al odontólogo.

El crimen de Carolina Aló (17), uno de los casos más resonantes de la historia criminal argentina, ocurrió el 27 de mayo de 1996 en la casa de la familia Tablado.

Luego de tener relaciones sexuales y discutir por celos, Tablado, por entonces de 20 años, persiguió a su novia por varios ambientes de la casa y la mató de 113 puñaladas.

En 1998, fue condenado a 24 años de prisión por “homicidio simple” pero en 2013 sumó una segunda condena por amenazar a su ex mujer y su ex suegra y se le unificó una pena única de 26 años y seis meses que debía agotarse a fines de 2022.

Por el beneficio de la derogada Ley del “2×1” y los cursos que hizo en prisión como “estímulo educativo”, el cómputo de la condena se le redujo y la pena se le dio por concluida el 28 de febrero, cuando abandonó la Unidad 21 de Campana.