Un inspector de tránsito que se encontraba internado desde el lunes pasado, luego haber sido golpeado por patovicas a la salida de un boliche en la capital tucumana, murió a causa del ataque e investigan si trató de una venganza porque había secuestrado una moto en el marco de su trabajo, informaron hoy fuentes policiales.
La víctima, que fue identificada como Ramón Acuña, murió ayer de un infarto Sanatorio del Sur de la capital de la provincia.
Según informaron las fuentes, el hecho ocurrió el domingo a la madrugada a la salida del boliche “Sasha”, ubicado en avenida Benjamín Aráoz al 700, al que Acuña había asistido junto a una de sus hijas.
De acuerdo al relato de Walter Acuña, hermano de la víctima, reconstruido a partir de lo que Ramón y su sobrina le contaron, el hombre “estaba saliendo cuando un miembro del equipo de seguridad de la bailanta le pidió un cigarrillo y ante la negativa de Ramón, le pegó una piña”.
“Mi hermano se pudo correr un poco, pero vino otra persona y le pegó de atrás. Ramón cayó descompensado al suelo, donde siguieron pegándole, hasta que mi sobrina se tiró sobre él para evitar que lo sigan golpeando”, aseguró el hermano.
“Después vino un policía, que estaba adentro del boliche y le hizo primeros auxilios, con lo que logra estabilizar a mi hermano”, agregó Walter.
Cuando logró recomponerse, Ramón decidió volver a su casa, pero debido al intenso dolor que sentía por los golpes, fue llevado al Hospital Padilla y luego trasladado al sanatorio donde permaneció internado hasta ayer, cuando finalmente falleció.
“El jueves a la noche le hicieron una tomografía a mi hermano y nos dijeron que estaba todo bien, pero ayer a las 9 se despertó, y le vinieron dos paros cardiorespiratorios, se infartó”, lamentó Walter.
En tanto, personal de la División Homicidios y el Equipo Científico de Investigación Fiscal (ECIF) secuestraron imágenes del día en que sucedió el hecho, que fueron tomadas por las cámaras de seguridad para tratar de identificar a los agresores.
Además, la hija de Ramón contó a la Policía que antes de que comenzarán a golpear a su padre uno de los patovicas le dijo “vos fuiste el que me secuestraste la moto”, por lo que los investigadores no descartan que se trate de una venganza, ya que la víctima era inspector de tránsito.
Por su parte, la fiscal Adriana Giannoni, a cargo de Homicidios, pidió que se revisara el libro de denuncias de la seccional 11, que corresponde a la zona del boliche, porque recibió la información de que son repetidos los casos de agresiones cometidos por el personal.
Los dueños del centro nocturno indicaron que contratan como “patovicas” a miembros de una empresa de seguridad privada y a policías para que realicen el servicio, y desmintieron que el personal haya sido agredido a Acuña porque tienen prohibido maltratar a los clientes.