Natalia Fernández, hija del empresario español asesinado y esposa del acusado de matarlo, reveló que su marido reconoció la estafa a su padre, pero que después lo negó. “Acusaba a mi papá de mentiroso y me amenazaba”, detalló.
“Hace 13 años que estaba con Santiago. El que hizo esto no es quien yo conocí. Es impensado, todavía no lo puedo creer. Tengo miedo de lo que nos puedan llegar a hacer, porque se ve que tenía una vida ajena a nosotras, desconocida”, reconoció Fernández, la hija del empresario Roberto Fernández Montes (67) y esposa de Santiago Corona (34), principal acusado por un caso que tiene dos detenidos y un prófugo.
La mujer, que tiene dos hijos con Corona (34), repasó: “Hasta mayo del año pasado la relación era normal. Mi papá y Santiago eran compinches, él lo ayudaba en la oficina, lo acompañaba al médico, era lo mismo hablar con él que conmigo, como una familia cualquiera. Cuando empezaron a ir mal las cosas en la empresa (dedicada al alquiler de máquinas para la construcción) se tensaron las relaciones. Hasta que saltó lo de la plata que faltaba. Primero él medio que reconoció, arrepentido, pero después lo desmintió. Acusaba a mi papá de mentiroso y me amenazaba”.
Al mismo tiempo, Corona controlaba a Natalia: no la dejaba manejar las cuentas y el dinero. Cada vez que le pedía el divorcio, él la amenazaba con sacarle la tenencia de los chicos o con lastimarla. “Yo siempre pensé en mantener unida a la familia, tenía un bebé recién nacido y una nena de un año. Quería que él pidiera perdón, que devolviera la plata y se terminara todo. Pero cada vez se iba poniendo más complicado el vínculo y yo quedaba en el medio”, agregó en diálogo con el diario Clarín.
Según denunciaron allegados a la víctima, desde mediados de 2016 Fernández Montes empezó a recibir amenazas de desconocidos y del propio Corona. Ese entorno es al que ahora le teme Natalia: pide que le pongan custodia policial al igual que a su hermana quien pidió la filmación de las cámaras de seguridad del edificio y reconoció a Corona.
Natalia no recuerda si reconoció a su marido en las filmaciones. Sí que le pareció familiar el rostro del cómplice y que ató los primeros cabos sueltos. Desesperada salió corriendo de regreso a su casa, adonde Santiago Corona estaba solo con sus dos hijos para llevarlo sin que se diera cuenta a la comisaría.
El camino hasta la seccional fue un martirio. Natalia, sin que su marido sospechara, le dijo que tenían que ir a hacer unos trámites y lo arrastró hasta allí. “En ese momento me cayeron todas las fichas y entré en crisis. Traté de disimular lo más que pude porque él se quería quedar en casa con los chicos hasta que lo convencí de que también tenía que ir”, recordó con angustia. Y describió: “Cuando llegamos no había lugar para estacionar y agarré al nene más chiquito. La nena estaba en la butaca y él me dice: ‘Dejá que estaciono y la llevo’. Yo no quería que se quedara sola con él ni un segundo, le tenía terror. Pero tampoco podía insistir, para que no sospechara, así que le dije que fuera y le advertí a un policía. No sé cuánto tardó, pero te juro que fue eterno”.
Cuando Corona entró a la comisaría, los policías ya habían visto las imágenes y lo detuvieron.