La causa que investiga el secuestro de Mauricio Di Nenno, el joven de 26 años que permaneció seis días cautivo y fue liberado esta madrugada después de que su familia pagara un rescate, sigue la pista de un entregador.

Según voceros vinculados a la causa, el joven declaró que uno de los secuestradores le dijo que un amigo lo había entregado, y hasta “le aconsejó que se fijara con quien andaba”.

La sospecha de los investigadores es que no se trató de un caso al voleo. “No fue una entredera que se convirtió en secuestro”, dijo tajante uno de los pesquisas.

La versión de la entradera frustada fue señalada por el propio Di Nenno, esta mañana, al considerar que a su criterio, los delincuentes planeaban realizar una “entradera”, pero que posiblemente se hayan arrepentido y se lo llevaron secuestrado.

“Me metieron en el asiento trasero, me precintaron, me hicieron agachar y me exigieron que no los mirara a la cara. Estuvimos dentro del auto una media hora, hasta que me encerraron en una habitación oscura y me encadenaron a una cama”, contó.

El caso

Mauricio Di Nenno hijo del dueño del supermercado Modelo de la localidad de Ranelagh había sido secuestrado el jueves de la semana pasada en Berazategui.

Esta madrugada fue liberado sano y salvo tras el pago de unos 535.000 pesos de rescate.

Según investigadores policiales y judiciales, los secuestradores cobraron el rescate cerca de la una tras someter al padre de la víctima a un sistema de postas que lo llevó hasta la ciudad de La Plata, y al joven lo liberaron cuatro horas después cerca de las avenidas 12 de octubre y Calchaquí, en el partido de Quilmes, desde donde caminó unas 15 cuadras hasta la casa de un primo suyo.

El hecho comenzó cerca de las 22 del jueves último, cuando Enzo Di Nenno, su esposa y su hijo Mauricio llegaban a su casa en la calle 133, entre 32 y la calle Sevilla, de Ranelagh, a bordo de un camión Ford 350 de color azul.

En ese momento, varios delincuentes a bordo de un Toyota Corolla y una camioneta Volskwagen Voyage les cortaron el paso y un hombre armado amenazó a Mauricio y lo obligó a subir a uno de los vehículos, tras lo cual huyeron.

Pocos minutos después realizaron una primera llamada extorsiva al padre del secuestrado, a quien le exigieron la entrega de 100.000 dólares para liberarlo, tras lo cual le dijeron que se iban a volver a comunicar con él.

La fiscal, que contó con la colaboración de la Unidad Fiscal Especializada en Secuestros Extorsivos (Ufese), dirigida por el fiscal Santiago Marquévich, dispuso la intervención de las líneas telefónicas y se activó el protocolo para este tipo de casos, a la espera de una nueva comunicación.

Sin embargo, durante los seis días que duró el secuestro extorsivo, los captores concretaron unas pocas llamadas telefónicas.

Según los investigadores, el lunes, los captores aceptaron rebajar el monto del rescate a 800.000 pesos, pero los familiares insistieron en que no podían juntar esa cantidad, por lo que quedaron a la espera de una nueva llamada.

Al día siguiente, los familiares recibieron una carta manuscrita por parte de la víctima como prueba de vida y se aceleraron las negociaciones.

“Me hicieron escribir una carta porque habían pasado cinco días y mi familia estaba preocupada. En el momento que me hacen escribirla hacía tres horas que me habían dado una pastilla (para dormir), me despertaron boleado y escribí la carta como podía, porque veía como triple”, recordó Di Nenno.

Además, contó que le dijeron que pusiera en la carta que “no se metiera la Policía”, que iba a estar “todo bien”, que no lo habían golpeado y hasta le hicieron poner una anécdota que sepa reconocer su padre.

Anoche, finalmente el padre de Di Nenno le dijo a los secuestradores que había juntado 20.000 dólares y 215.000 pesos y éstos aceptaron ese rescate.

Finalmente se concretó el pago cerca de la una de hoy tras un operativo de postas que pasó por el peaje de Hudson de la autopista Buenos Aires-La Plata, una esquina platense, el camino Centenario y por último el Camino General Belgrano, a unos 300 metros de la Rotonda de Alpargatas, en Berazategui.

Di Nenno fue liberado cuatro horas más tarde en Quilmes. Desde allí se dirigió a una remisería y preguntó dónde estaba y, luego, caminó unas 15 cuadras hasta la casa de su primo.

“Nunca mostraron violencia, lo único que me dio miedo el último día fue con la entrega del dinero porque sabía que si algo salía mal iba a pagar las consecuencias”, sostuvo.

Tras el pago, le dijeron “bueno flaco ya te vas” pero él en ese momento no sabía si el trato había salido bien, por lo que ese momento lo revivió con el de mayor tensión.

“Me meten adentro de un baúl y me tiran al pasto con la cabeza tapada y boca al suelo y ahí dije se escucha el disparo o se escucha el auto que se va. Me quedé esperando y por suerte escuché las puertas del auto que se cerraron y que salieron arando”, concluyó.