Dos personas se acercaron a un efectivo de la Policía de la Ciudad que se encontraba recorriendo el barrio de Colegiales y le explicaron que minutos antes dos hombres habían robado el estero de su auto e inmediatamente escaparon en otro vehículo.
Siguiendo las descripciones del rodado y de la patente, el agente irradió un alerta para toda la fuerza de la ciudad y allí comenzó la búsqueda de los malvivientes.
Un policía que se encontraba en su puesto de control de las calles Heredia y avenida del Campo reconoció el coche e inmediatamente se acercó.
Al notar la presencia policial, los delincuentes escaparon rápidamente. El efectivo dio aviso por la Frecuencia y un móvil policial logró detener finalmente el rodado en la calle Paz Soldán al 5100.
Con la presencia de dos testigos requisaron a los sujetos y encontraron un estéreo, un bolso, documentación de varias personas, lleves, perfumes y demás objetos personales.
El juzgado a cargo de la investigación dispuso el traslado de los demorados a la dependencia correspondiente.
Por otro lado, la Policía de la Ciudad detuvo ayer a un menor que violentaba vehículos estacionados para robar sus pertenencias.
Personal de la Comisaría 12 que estaba en su puesto de control de la avenida Rivadavia y Thompson observó a dos personas corriendo y forcejeando entre sí.
Al acercarse, uno de ellos se presentó como efectivo policial que estaba de civil y ambos redujeron al joven, quien estaba robando un auto.
El oficial explicó que minutos antes observó al demorado romper el vidrio del rodado e ingresó al mismo para robar; luego se retiró hacia la avenida Directorio e intentó tomar un taxi. En ese momento el policía se identificó y el imputado emprendió la fuga.
Al tratarse de un menor de edad y siguiendo las órdenes del Juzgado de Menores Nº 2, el detenido fue trasladado al Instituto Inchausti.