Celulares: por mes ingresan en el país 205.470 aparatos de contrabando

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Fuente La Nación

El ómnibus había salido de la ciudad de Asunción, en Paraguay, un día de calor sofocante. Ingresó en territorio argentino después de cruzar el puente San Ignacio de Loyola, que une la ciudad paraguaya de Puerto Falcón con Clorinda, en Formosa. Casi 14 horas después de iniciado el viaje, a la altura del kilómetro 85,500 de la ruta nacional N° 12, en Zárate, se detuvo ante un puesto de control de la Gendarmería Nacional.

Dos uniformados se subieron al vehículo para revisarlo. La requisa comenzó por la cabina de descanso de los choferes donde, en dos paneles de fusibles, descubrieron 78 auriculares, 115 cables USB y 95 teléfonos celulares marca Samsung, Motorola y Sony.

El valor de la carga oculta en el ómnibus (también había 90 cargadores de teléfonos, 89 fundas, diez reels para pesca y 17 protectores de pantalla), según la estimación hecha por inspectores de la Dirección General de la Aduanas (DGA), ascendía a 503.440 pesos.

El caso descubierto por los gendarmes en Zárate e investigado en un primer momento por el juez federal de Campana, Adrián González Charvay, no es una excepción en territorio argentino: por día se contrabandean 6849 teléfonos celulares, es decir 205.470 por mes.

Se trata de un negocio ilegal que crece de manera alarmante: en 2014 ingresaron ilegalmente 1.500.000 aparatos de telefonía móvil; en 2015, 1.900.000, y las estimaciones para este año son de 2.500.000. Dicho contrabando anual equivale al 30% de lo producido en celulares por la industria nacional. Según la estadística, entre 2014 y este año habrá un crecimiento del 66,7%.

Así lo sostiene un informe de la Cámara de Agentes de Telecomunicaciones Móviles de Argentina (Catema). En promedio, cada teléfono celular que ingresa en el país de forma ilegal tiene un valor de 196 dólares. El contrabando de este tipo de tecnología mueve US$ 490 millones por año.

“El contrabando de teléfonos celulares está en aumento y es un problema que crece año a año en la Argentina”, afirmó a LA NACION Leonardo Rajchert, presidente de Catema.

Según Rajchert, el problema no son los turistas que vuelven al país después de unas vacaciones en Chile o Miami con un iPhone, sino que se trata de organizaciones criminales que ingresan importantes cantidades de teléfonos celulares ocultos en camiones o ómnibus.

“El contrabando está afectando la producción y el ensamble de teléfonos celulares que se hace en Tierra del Fuego. Los aparatos que ingresan ilegalmente en el país equivalen al 30% de lo producido por la industria nacional, que son 9.000.000 de unidades”, agregó el presidente de Catema.