“No hay maras en la Argentina”

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Lucas Manjon, jefe de investigación de Bien Común y coordinador de la Red Nacional Antimafia, afirmó que “no hay maras ni organizaciones similares en la Argentina” y sostuvo que el ministro de Seguridad bonaerense, Cristian Ritondo, y el secretario de Seguridad Interior de la Nación, Gerardo Milman tratan “de instalar el miedo ante la falta de políticas públicas”.

En ese sentido, consideró que Milman, “carece de conocimiento y le falta orientación en materia de seguridad”.

“Milman, a quien criticaron por copiar un informe de las maras del Rincón del Vago, fue legislador, diputado y antes de llegar al Ministerio de Seguridad estuvo como director del AFSCA durante más de dos años. Al día de la fecha no se conoce una sola experiencia en lo referido a la seguridad más que haber reconocido como de su autoría el protocolo anti piquetes, el cual resulta disparatado y que solo se aplicó a manifestaciones con poca cantidad de gente”, precisó Manjon.

“Es natural que Milman haya apelado al ‘Rincón del Vago’ y no por eludir al trabajo sino por desconocimiento y falta de orientación”,agregó.

La semana pasada la Provincia anunció la detención en La Matanza de Richard Castillo Salazar, alias “Mocosón”, de nacionalidad peruana y de quien se sostuvo que era jefe de la mara “Salvatrucha” instalada en el Conurbano, y en el operativo para apresarlo se incautó cocaína, paco y marihuana.

Manjon explicó que “Mocosón” “comenzó su carrera delictiva a los 14 años en su país de origen y en poco tiempo logró integrar lugares de poder en una banda de narcotraficantes del mismo país”, pero aclaró que “el procedimiento que realizaron en la provincia de Buenos Aires pudo haber sido uno de los tantos que se hacen todos los días para decomisar menudas cantidades de paco”.

Sin embargo, en declaraciones al programa “La Verdad Concreta”, que conduce el legislador porteño de Bien Común, Gustavo Vera, por radio online Conexión Abierta, cuestionó al gobierno bonaerense por aseverar que este narco apresado formaba parte de las maras al remarcar que “intentaron darle un tinte tenebroso y sensacionalista”.

“Si quisieran dedicarse al narcotráfico, creen que las maras van a venir a la Argentina a traficar paco cuando a 300 kilómetros tienen el mercado más grande de consumo que son los Estados Unidos. La respuesta es no”, señaló el también integrante de la “Red Alas”, que lucha contra las violaciones de los derechos humanos, la delincuencia organizada, la corrupción y la economía criminal en América Latina.

“Las maras tomaron forma en Los Ángeles, Estados Unidos a fines de los ochenta y a comienzos de los años noventa, con la intención de brindar protección a inmigrantes que habían huido producto de la guerra civil en los países centroamericanos. Las maras se integraron por salvadoreños, guatemaltecos y hondureños, quienes comenzaron de manera precariamente organizada a protagonizar hechos violentos frente a otros grupos también formados en la ciudad de Los Ángeles”,detalló el experto en narcotráfico.

Manjon agregó que “robos, secuestros, extorsión y drogas al menudeo fueron la principal actividad en que desarrollaron en sus inicios, pero con la restrictiva política migratoria del entonces presidente Bill Clinton, muchos inmigrantes con delitos penales en proceso fueron expulsados del país y obligados a volver al país de origen”.

“Las maras se extendieron por varias ciudades de Estados Unidos y Canadá; con la vuelta forzada a sus países de origen, los ya miembros de pandillas establecidas fueron afianzando su lugar de pertenencia pero ahora en sus viejos lugares de residencia y crianza”, añadió.

Además, prosiguió: “Las maras se constituyeron con salvadoreños, hondureños y guatemaltecos, se afianzaron en su regreso al territorio, ampliaron el control territorial, incorporaron algunos miembros de otras nacionalidades y con el crecimiento de la influencia cultural que fueron generando, se fue dando lugar a células minúsculas en otros países, donde grupos de delincuentes intentaron recrear los modos, ritos y el tipo de control territorial que las maras ejercen en Centroamérica”.

Manjon remarcó que “la banda que lideraba Castillo Salazar estaba integrada por peruanos, argentinos, paraguayos y bolivianos, ningún centroamericano”, al tiempo que sostuvo que “según las autoridades llegó a la Argentina proveniente de Chile e ingresó al país por vía terrestre junto con otros dos narcotraficantes más, uno de ellos ex miembro del ejército peruano”.

“En esta ‘mara de las pampas’ ninguno de los miembros parece haber conocido el caribe, ni por delitos ni por vacaciones. Los cabecillas de la mara Salvatrucha intentaron organizar asiento en otras regiones del planeta, pero todos fracasaron”, detalló.

Por último, indicó que las maras “no son organizaciones de narcotraficantes, ni de contrabandistas o tratantes, si algunos de sus miembros desarrollaron actividades delictivas de este tipo en varios países, pero no de una manera corporativa sino como ‘lobos solitarios'”.