Sospechas de connivencia entre Boca, la barra brava y la policía

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El fracaso de Boca en la Copa Libertadores no sólo dejó malas noticias deportivas: un fiscal federal investiga la presunta connivencia entre el club, la barra brava y la Policía de la Ciudad para encubrir a un integrante de La 12 que tiene pedido de captura por un secuestro.

Según publica el diario La Nación, el barra está prófugo por un secuestro extorsivo ocurrido en abril de 2015 en Ciudadela, partido de Tres de Febrero. Fue identificado por los voceros consultados como Maximiliano Oetinger, conocido por sus compañeros de paraavalanchas como “Mey”.

El sospechoso, con la supuesta colaboración de uniformados de la fuerza de seguridad porteña y empleados del club, logró eludir un operativo de la División Antisecuestros de la Policía Federal Argentina (PFA) en la mismísima Bombonera cuando Boca jugó, en mayo pasado, contra Nacional de Montevideo por los cuartos de final de la Copa Libertadores de América.

En las últimas horas, detectives de la PFA detuvieron a Guillermo Bunetta, conocido por el apodo de “Mou”, que según la investigación judicial fue clave para, en medio del partido contra Nacional, avisarle a Oetinger que lo buscaba la policía. El caso es investigado por el fiscal federal de Tres de Febrero, Paul Starc, y la jueza federal Alicia Vence.

“Bunetta fue el encargado de dar el mensaje, pero ahora se procura determinar de qué modo y quién le ordenó avisar [sobre el operativo]. Todo podría desentrañar la oscura connivencia entre dirigentes de Boca Juniors, los barras y la Policía de la Ciudad”, sostuvieron fuentes con acceso a la causa. Tanto desde el club como desde la Policía de la Ciudad negaron “cualquier tipo” de connivencia con la barra.

Según los voceros, “Mey” Oetinger está acusado de haber participado de un secuestro extorsivo. “En el hecho en cuestión, los delincuentes ingresaron en la casa de la víctima, donde golpearon brutalmente a dos personas de edad avanzada.”

De acuerdo a la investigación judicial, “como Oetinger ocupa un lugar de privilegio en el paraavalanchas de La 12, se intentó aprovechar una oportunidad de su segura presencia en un partido para detenerlo”. El plan era apresar al sospechoso el 19 de mayo pasado, en el mencionado partido entre Boca y Nacional de Montevideo, que el equipo de la Ribera ganó por penales.

“Desde la sala de video del estadio Alberto J. Armando el personal de la PFA que tenía a su cargo la orden de detención podía ver con claridad cómo Oetinger alentaba al club de sus amores. Lo hacía parado en el paraavalanchas del espacio de la tribuna que regularmente ocupa la facción que encabeza Rafael Di Zeo”, recordaron las fuentes judiciales.

Según los voceros consultados, pocas personas tenían acceso a la información de la orden de detención: los detectives de la División Antisecuestros que debían cumplir con la diligencia judicial, las autoridades de la Dirección Nacional de Seguridad en Espectáculos Futbolísticos del Ministerio de Seguridad de la Nación y “la máxima autoridad policial en materia de seguridad del estadio, el comisario inspector Ponce de la Policía Federal de la Ciudad [que desde enero pasado depende del gobierno porteño]”.

Las fuentes judiciales explicaron que se coordinó y se planeó detener al sospechoso al terminar el partido en la puerta N° 14. “Pero cuando el segundo tiempo ya había comenzado, la cámara que en todo momento tomaba a «Mey» captó el instante exacto en que una persona se acercó hasta su lugar, tocó su hombro y le indicó que bajase del paraavalanchas. El «trabajo» de informarle al sospechoso que habían ido a detenerlo ya estaba iniciado y estuvo a cargo de «Mou» Bunetta”, explicaron los voceros. Según un informe que tiene la Justicia, Bunetta ingresó en el estadio sin carnet y sin entrada, al contrario que todos los socios.

Fuentes del caso explicaron que después del mensaje de Mou el sospechoso “abandonó su puesto y comenzó a formular reiteradas llamadas desde los pasillos del estadio. Después volvió a la tribuna, pero ubicado en otra posición, se cambió la ropa y la gorra que llevaba puestas, queriendo desorientar a quienes lo veían desde la sala de video, a los que les llevó buen tiempo volver a localizarlo”.

Pero según fuentes judiciales, el plan original se cambió porque desde la “Policía Federal de la Ciudad aconsejaron detener al sospechoso en un campo cercano a la cancha y no a la salida de la puerta 14”.

“Mey”, escoltado por sus compañeros de tribuna, logró irse de la cancha . Dos meses y 16 días después sigue prófugo.