Informar, prevenir y asistir

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Por Emilio Ruchansky (*)

Prevenir no es otra cosa que anticipar, advertir algo a alguien que no tenía esa información o le llegó distorsionada. Puede opinarse distinto respecto del consumo de drogas legales e ilegales que alteran la conciencia, pero no se lo debe ocultar si el objetivo es cuidar la salud pública. No solo es ineficaz, también resulta nocivo.

El uso de cualquier sustancia conlleva riesgos y puede provocar daños mayores. La muerte prematura de cinco jóvenes que asistieron a la edición local de Time Warp merece respuestas serias y útiles a la sociedad. Si fue evitable, se podrá definir con más exactitud en dos semanas con los análisis toxicológicos; por lo pronto, la falta de información, de prevención y de asistencia resulta notoria.

Quien utiliza “drogas de diseño” desconoce su composición, debido a la ilegalidad imperante. De este dato depende incluso su vida, aunque no siempre lo sepa.

Hace varios años en Rosario y en la ciudad de Buenos Aires, la Asociación de Reducción de Daños Argentina ensayó un programa de testeo de éxtasis en discotecas, como ya ocurre en España, Holanda o Suiza. Son simples carpas, en cuya intimidad la persona raspa un poco la pastilla sobre un reactivo y se saca esa primera duda: que sea una completa adulteración.

Un folleto puede indicarle que los efectos psicoactivos tardan entre 20 y 90 minutos y una dosis suplementaria puede producir efectos no deseados como la sobreestimulación. Que la pastilla puede tener igual rebajes como la cafeína, el paracetamol, anfetaminas y/o piperazinas, entre otros tantos. Que este tipo de estimulantes eleva la temperatura corporal y es preciso hacer pausas, airearse e hidratarse si hace una actividad física como bailar. Esta información está en la web de Energy Control, una asociación española pionera en la materia.

¿Saben esto inspectores, prefectos, personal médico, socorristas, organizadores y autoridades? ¿Cómo es posible que el libre acceso a un elemento vital como el agua haya sido exclusivo para la zona VIP del festival, luego de que se terminaran los bidones de los puntos de hidratación en pleno baile?.

Prevenir es garantizar la provisión de agua y una adecuada ventilación; también hacer rondas para identificar situaciones problemáticas ligadas al consumo, sobre todo en un evento al que concurren más de diez mil personas. Una suma de hipocresía y conveniencia aún rodea a estas muertes.

(*) Autor de “Un mundo con drogas. Los caminos alternativos a la prohibición: Holanda, Estados Unidos, España, Suiza, Bolivia y Uruguay”.