Buscan cámara por cámara la imagen del violador de Caballito

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Con el identikit del sospechoso en la mano y casa por casa, policías de la comisaría 12a buscan pistas en las imágenes de las cámaras de seguridad que hubieran grabado el paso del violador que abusó sexualmente de una joven, de 18 años, en Caballito.

Según informaron fuentes policiales, el agresor ató con una cinta adhesiva las manos de la víctima en la entrada de la cochera de un edificio de la zona. Una vez que la inmovilizó y le tapó la boca para que no gritara, el atacante violó a la chica.

A partir de la reconstrucción del ataque realizada con el testimonio de la víctima, los investigadores de la comisaría 12a de la Policía Federal, lograron establecer que la joven fue interceptada a las 3.30 cuando descendió del colectivo 132 en la esquina de Rivadavia y Víctor Martínez, publica el diario La Nación.

La joven regresaba a su casa después de trabajar en una local de comidas de Barrio Norte. Cuando cruzaba Rivadavia hacia Víctor Martínez, el agresor le cortó el paso, supuestamente para robarle y la obligó a caminar hacia Emilio Mitre. Mientras le apuntaba con un arma y amenazaba con matarla, el atacante pasó con la joven frente a dos colegios tradicionales de la zona.

Luego el agresor, que simulaba abrazar a la chica para no levantar sospechas, tomó por Emilio Mitre hacia Juan B. Alberdi. Después de caminar dos cuadras, el agresor se detuvo y tomó por la calle Hualfin.

Al llegar al edificio situado en Hualfin 920, el agresor encontró el lugar que había elegido para violar a la joven que tenía cautiva: la entrada de la cochera que parecía una cueva. Allí, el atacante ató con cinta de embalar a la joven y la violó.

Según fuentes policiales, luego de contener a la víctima, los efectivos recorrieron varias cuadras junto con la joven a bordo para tratar de identificar y detener al agresor antes de que lograra huir, pero no pudieron localizarlo.

Durante la mañana, los técnicos de la Superintendencia de la Policía Científica realizaron una serie de peritajes en la puerta del garaje en busca de rastros que permitan identificar al abusador, quien de acuerdo con el testimonio de la víctima tendría entre 40 y 50 años.

Al revisar el lugar los técnicos en levantamiento de rastros hallaron los restos de la cinta adhesiva transparente que el agresor utilizó para maniatar a la joven y para taparle la boca.

En el lugar, los peritos encontraron también restos de sangre que serán analizados para tratar de establecer si corresponden a la víctima o al agresor.

No obstante, los policías se enfocaban en dos líneas de investigación. Por la tarde comenzaron a recorrer edificio por edificio para preguntarles a los vecinos si habían visto algún sospechoso con características similares a las del identikit que la víctima hizo del atacante.

Por su parte, otro grupo de policías se dedicó a buscar imágenes grabadas por las cámaras de seguridad de los edificios de la zona ante la presunción de que hubiera quedado grabado el paso del violador mientras acechaba a la víctima o después del ataque.