Crece el robo con bloqueadores de alarmas en autos estacionados en shoppings y aeropuertos

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Fernando estacionó en la playa de un shopping de Martínez. Fue a ver una película. Dos horas más tarde, cuando regresó al auto, advirtió que le faltaba el suéter que había dejado en el asiento trasero. Enseguida notó que alguien había estado hurgando en la guantera y descubrió que tampoco estaban sus gafas de sol. Lo primero que hizo fue verificar si la cerradura había sido forzada. También se fijó si le habían doblado el parante de la puerta o si había olvidado abierta alguna de las ventanas. Pero no encontró nada. Aún no lo sabía: había sido víctima de una banda que roba en autos utilizando bloqueadores de alarmas, una modalidad que está haciendo estragos en estacionamientos de centros comerciales, hipermercados y hasta aeropuertos.

La fórmula delictiva no es nueva. En realidad, se trata del modus operandi de las bandas de piratas del asfalto, que utilizan este dispositivo electrónico para sabotear el sistema de rastreo de satelital de los camiones que roban. Lo llamativo es que ahora lo usan para robar objetos de valor de autos estacionados. En algunos casos (muy pocos, a decir verdad), los delincuentes pueden llevarse el vehículo, publica el diario Perfil.

¿Cómo operan estas bandas? Buscan un rodado que esté próximo a estacionar. Por lo general se ocultan en el interior de un auto con vidrios polarizados. La clave es el dispositivo que utilizan: transmisores de mano de multifrecuencia (HT) que generan un ruido electrónico con el que interfieren la conexión entre el control remoto y el coche.

Cuando activan el sistema, el automovilista acciona el botón de la llave, pero tanto el cierre centralizado como la alarma no funcionan. Con las puertas abiertas, el ladrón espera que el dueño del rodado se aleje y enseguida aprovecha para robar.

“Dejé el auto en el estacionamiento del shopping. A los veinte minutos volví y me habían robado. Me faltaban los anteojos y ropa usada que llevaba a un hogar de niños con el que colaboro”, cuenta la abogada Patricia Pierri, quien sufrió el robo el viernes 29 de noviembre pasado a las 14.30 en el centro comercial Dot Baires del barrio porteño de Saavedra.

“El único empleado de seguridad que encontré me dijo que redujeron la cantidad de personal. Que no alcanzan a cubrir todo el lugar recorriéndolo con el carrito. Y que saben que los ladrones utilizan un inhibidor para impedir que las puertas del auto se cierren, y cuando te alejas, entran al auto y roban lo que encuentran. Es un desastre ese shopping y el Unicenter también”, se queja la letrada.

Una semana después la vedette Virgina Gallardo sufrió un robo similar en el mismo lugar. “Me acaban de desvalijar el auto en el estacionamiento del shopping Dot Baires, incluida la cartera con toda mi documentación, obra social, tarjetas, plata, etc. que no las había bajado para no cargar peso por el embarazo y debido al poco tiempo que tenía que permanecer en el lugar”, contó en su cuenta de Twitter.

Este diario intentó comunicarse con los responsables del Grupo IRSA, que controla a la mayoría de los shoppings de la Ciudad (entre ellos Dot Baires) y el conurbano bonaerense, pero no obtuvo respuesta.

Más casos. El jueves 14 de noviembre pasado una pareja radicada en la ciudad de 9 de Julio viajó exclusivamente hasta Pilar porque su beba de cinco meses debía ser intervenida quirúrgicamente en el Hospital Austral de Presidente Derqui. Dejaron la camioneta en la playa de estacionamiento del centro de salud y veinte minutos después advirtieron que les habían robado tres bolsos, una computadora y hasta el dinero que tenían reservado para gastos extras de la operación. Lo habían hecho con bloqueadores de alarma.

La semana pasada la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) desarticuló una organización que robaba en el playón del Aeropuerto Internacional “Ministro Pistarini” de Ezeiza. La investigación se inició a partir de la denuncia de Andrea Anzalone, quien acusó el faltante de una mochila con 40 mil pesos que había dejado en el baúl del auto que ella había estacionado en la terminal B.

“Yo había cobrado y tenía plata, ropa y una campera de pluma. También me robaron la notebook. Y lo increíble es que ocurrió a cien metros de la PSA”, cuenta Anzalone a este diario.

Según las fuentes, no fue fácil ubicar a los autores. De hecho, la pesquisa demandó cerca de seis meses. Los sospechosos, dos colombianos y un argentino, vivían en la villa 19 de la Ciudad de Buenos Aires. En sus domicilios recuperaron muchos de los objetos robados. Están detenidos.

La víctima que denunció este caso volvió a sufrir un robo con esta modalidad el jueves 5 de diciembre pasado en el barrio porteño de Caballito. Fue en la zona de Doblas y Goyena, a las 7 de la tarde. “Me robaron una campera de jean y un estuche con maquillajes, pero esta vez no lo denuncié”, revela.

Prevención. “Es un delito basado en el descuido del propietario”, señala a PERFIL Daniel Banda, presidente del comité argentino de la Asociación Latinoamericana de Seguridad (ALAS). “Estas personas -agrega- aprovechan la situación de apuro y descuido de los automovilistas que no validan el cierre del auto. Esperan que se alejen y después entran al vehículo. Para hacerlo cuentan con unos dispositivos electrónicos transmisores que bloquean el sistema de alarma y cierre. Emiten una señal potente que hace un barrido de toda la banda en donde están los llaveros de control de vehículos, que es un rango de frecuencia, y eso emite una fuerte señal de radio frecuencia que bloquea el canal”.

Sobre la prevención, el especialista explica que los factores disuasorios “son la presencia de guardias de seguridad, por ejemplo, en el parking de los shoppings o visualizando desde una torre”. “Todas estas cuestiones hacen que el delito disminuya. También es importante que el propietario del auto tenga el cuidado de validar el accionamiento del cierre centralizado, por ejemplo, si hace un destello de luces o si suena la bocina, y finalmente tantear las puertas para verificar si el vehículo se abre o no se abre”, aconseja.