Piden perpetua para vigilador que mató a “arbolito” y escondió el cadáver en el placard

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Una fiscal solicitó hoy prisión perpetua para un vigilador acusado de asesinar en 2016 a puñaladas y estrangular con la correa de un perro a un hombre que trabajaba de “arbolito” en una financiera, para robarle 70.000 pesos y cuyo cadáver estuvo oculto 40 días en un placard del departamento del imputado, en el barrio porteño de Monserrat.

Fuentes judiciales informaron a Online 911 que en su alegato ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 30, la fiscal de juicio Graciela Gils Carbó pidió hoy la pena máxima para Pablo Reyes (37) por el crimen de Nicolás Gonzalo Silva (40).

La fiscal acusó a Reyes, quien trabajaba para empresa de seguridad privada Gruspa SA y se desempeñaba como vigilador nocturno de la redacción de la agencia de noticias Télam, como autor de un “homicidio criminis causae en concurso ideal con robo agravado por el uso de armas”.

La defensora oficial no negó la culpabilidad de su representado -ya que el propio Reyes confesó el crimen en una carta que dejó escrita en un intento de suicidio previo a su detención-, pero pidió que no se lo condene a perpetua, sino a una pena menor.

Reyes no declaró ni en la instrucción ni a lo largo del debate oral, que comenzó el 5 de septiembre pasado en los tribunales de la calle Paraguay 1536, y actualmente está alojado en el Programa Interministerial de Salud Mental Argentino (Prisma), el pabellón psiquiátrico del penal de Ezeiza.

Es que al primer episodio que tuvo antes de ser detenido, Reyes le sumó en prisión otro intento de suicidio en junio pasado, cuando también quiso cortarse las venas, mientras se evaluaba su salud mental y se determinó que estaba en condiciones de estar en juicio.

Según la investigación del fiscal de instrucción José María Campagnoli y la acusación de la fiscal Gils Carbó en el juicio, el denominado “crimen del placard” ocurrió el 4 de octubre de 2016, cuando Silva se presentó en el departamento que Reyes alquilaba en el 4° “A” de la calle Venezuela 1218, en Monserrat.

Silva llevó 70.000 pesos que había retirado de la financiera del microcentro donde él trabajaba, para cambiarlos por dólares pero la fiscalía sostuvo que allí Reyes atacó al “arbolito” y lo asesinó para quedarse con el dinero.

Según la autopsia, Silva recibió primero una puñalada a la altura de un riñón pero la muerte fue por “asfixia mecánica” cuando el asesino lo estranguló con la correa de un perro y lo sofocó con una bolsa de nailon que le colocó en la cabeza.

Luego del crimen, Reyes escondió el cadáver de Silva en el placard del lavadero de su casa y trabó las puertas con clavos para que no lo descubrieran.
Según la acusación, Reyes se fue con el teléfono Nextel y el dinero de la víctima a la villa Zavaleta a comprar drogas.

La desaparición de Silva se investigó inicialmente como algo voluntario o un hecho relacionado a barrabravas, e incluso durante esa investigación dos policías estuvieron en el departamento interrogando a Reyes –que admitió que el “arbolito” había pasado a comprale dólares pero dijo que de allí se había ido-, y esos oficiales nunca detectaron nada sospechoso, pese a que el cadáver estaba oculto en ese domicilio.

Todo se esclareció el 13 de noviembre de 2016, cuando la esposa de Reyes, Brenda Blanco Rondón, llamó a la Policía porque encontró el cadáver embolsado en el placard del lavadero.

La mujer -quien pasó detenida por el caso 24 horas pero luego fue liberada- contó que ese mismo día había echado a su marido de su casa y que encontró el cadáver mientras limpiaba porque había sentido un olor nauseabundo en el lavadero.

Ella pensaba que podía ser del orín o la materia fecal de su perro labrador, pero al sacar los clavos del placard se encontró con el cadáver putrefacto y embolsado.

Reyes estuvo 72 horas prófugo hasta que fue detenido luego de que intentara suicidarse con cortes en una de sus muñecas en un hotel del barrio de Balvanera. Había escrito dos cartas donde confesaba todo.