Juan José Noni Cabrera tenía 24 años, de los cuales 7 los había pasado entre rejas. Era conocido como uno de los presos “más picantes” y habría sido uno de los provocadores del incendio que dejó siete reclusos muertos en la comisaría primera de Pergamino.
Noni había sido detenido el miércoles tras chocar una moto robada. Encima tenía la réplica de una arma y fue a parar a la comisaría 1° de esa ciudad.
Las versiones (policiales) ubican a Noni como factor desencadenante de la tragedia, ni las malas condiciones de detención, ni la inadecuada actuación de los oficiales de la seccional.
Pergamino es una ciudad donde sus habitantes se conocen y los delincuentes no escapan a esa regla: todos los presos se conocían. Noni fue detenido por andar en esa moto robada y en la seccional se encontró con Alan Córdoba, otro delincuente con quien tenía una disputa.
Se pelearon a “facazos” en el patio por un reparto “irregular” del botín de un robo. Noni fue trasladado a otro calabozo, donde se encontró con un acusado de asaltar y violar a una abogada. Algunas versiones indican que Noni lo había delatado. Ambos se pelearon en el patio y los guardias encerraron a todos los presos en sus celdas.
A los oficiales no se les ocurrió que volver a encerrar juntos a Noni y a Córdoba iba a provocar una nueva pelea. A partir de ahí los hechos fueron confusos: los otros presos pusieron colchones sobre las rejas para tapar la pelea entre Noni y Córdoba y habrían arrojado ropa prendida fuego para que los policías los liberaran. Eso habría desencadenado el incendio fatal.
Los mensajes de texto y la versión de los presos
Hasta ahí la versión oficial. Para los familiares de los detenidos hubo responsabilidad de la Policía en la tragedia. “Mamá vení rápido que nos matan la policía”, fue el mensaje que recibió Flavia Gradiche en su celular, de parte de su hijo Alan a las 18.26, minutos antes del incendio.
“Voy a saber la verdad. Limpiaron todas las pruebas. Los chicos nos estaban diciendo que la Policía los estaba matando”, denunció la mujer ayer.
Osvaldo Perrota, tío de Federico Perrota (23, otra de las víctimas), contó a Clarín que a las 18.50 recibió el último mensaje de texto. “Decía que la Policía los estaba matando”, afirmó.
“Un testigo que estaba demorado alcanzó a salvarse y contó que vio ingresar a un policía con una varilla amenazando a los chicos con que los iba a acuchillar uno a uno e iba a decir que fueron ellos. Casualmente los chicos aparecen en las fotos con diferentes puntazos”, indicó el hombre, quien también dijo que todo se inició por una pelea entre Noni y otro interno.
“Era muy peligroso para ponerlo donde estaba mi sobrino y los otros detenidos”, aseguró.
Según pudo averiguar Online911, Noni tenía un gran prontuario policial (unos 11 robos a mano armada) , aunque éste quedaba empequeñecido con los antecedentes de sus padres.
La madre de Noni, Alejandra Roberto tiene 15 antecedentes por robo. Su padre, Diego Fabrián Cabrera, tenía 12, hasta que murió en una cárcel, como le ocurriría a su hijo algunos años después.