Comienza el juicio por el crimen del periodista Nicolás Pacheco

1058

El Tribunal Oral en lo Criminal Nº23 dará comienzo hoy al juicio por el homicidio del periodista partidario de Racing, Nicolás Pacheco, ocurrido en enero de 2013. Los acusados son Enrique Armando Rulet (32), Aníbal Domínguez Butler (60) y Juan Carlos Rodriguez (26). En el debate, el Ministerio Público Fiscal estará representado por Fabián Céliz.

Según el requerimiento de elevación a juicio, los tres hombres están acusados de golpear fuertemente a la víctima, en forma reiterada y en diversas partes del cuerpo, entre las 0:50 y las tres de la mañana del 24 de enero de 2013. Luego, fue arrojado a la pileta del club. Todo ocurrió dentro de la sede que Racing tiene en el barrio de Villa del Parque, sobre la calle Nogoya 3045.

Según la autopsia, Pacheco tenía quince heridas en su cuerpo pero fueron las que encontraron en su cráneo las que le causaron la muerte. Rulet, Domínguez Butler y Rodríguez están acusados de “homicidio simple”, un delito que prevé una pena que va desde los ocho a los veinticinco años de prisión.

Según la primera versión que dieron los acusados a la policía, cerca de las 22 del 23 de enero habían organizado dentro de la sede un asado y se habían quedado “haciendo la sobremesa” durante la madrugada. Contaron que cerca de las seis de la mañana, Domínguez Butler salió a comprar una gaseosa mientras que los otros dos “perdieron de vista” a Pacheco en ese momento.

Los tres dijeron que intentaron comunicarse a su celular cuando se percataron de su ausencia pero que el aparato había quedado sobre la mesa y que lo encontraron cuando Domínguez Butler se subió a un techo y vio su cuerpo en la pileta. A partir de eso, los tres acusados junto con otros dos hombres que fueron sobreseídos, ingresaron al lugar donde se encontraba Pacheco y Rulet sacó el cuerpo del agua. Un empleado de mantenimiento del club intentó hacerle maniobras de reanimación mientras el resto llamaba al 911.

Antes de las 7 de la mañana, llegaron los efectivos de la comisaría 47. Un empleado de seguridad los recibió y les dijo que un hombre se había ahogado en la pileta. Los policías constataron que Pacheco tenía un corte en la cabeza y ya no tenía signos vitales.

La versión sobre el supuesto ahogamiento se vio desvirtuada por el examen forense realizado al cuerpo de la víctima. La médica que realizó el estudio explicó que muchas de las lesiones “pueden corresponder a una acción de apoyo y arrastre; la de su hombro a un intento de defensa, la de sus manos, nudillos y muñecas obedecen a maniobras defensivas u ofensivas a distancia”.

En la autopsia, se determinó que Pacheco murió por el golpe que se le produjo en la cabeza pero que, al mismo tiempo, se le produjeron el resto de las lesiones que tenía. Según el requerimiento de elevación a juicio, “ la víctima fue abordada y golpeada hasta darle muerte”. La forense indicó, además, que Pacheco murió entre las 0:50 y las tres de la mañana.

Otro de los puntos que desvirtuó el relato de los acusados fue la dificultad que hay para acceder a la pileta desde el sector de la parrilla, maniobra que no podía haber sido llevado a cabo por Pacheco sin llamar la atención del resto de los hombres que estaban con él.

A eso se le suma la declaración testimonial de una vecina de la sede, que entre las tres y las 4 de la mañana, se despertó por “una discusión muy fuerte, muy violenta” que provenía del solarium/pileta del club Racing. Distinguió dos o tres voces masculinas que comenzaron a elevar el tono de voz hasta gritar. Según declaró, el reclamo era dirigido hacia una sola persona y que luego escuchó “un ruido a agua”.

El fiscal de instrucción puntualizó que, si Pacheco murió como tarde a las tres de la mañana, no era posible que los acusados hubieran estado con él hasta las seis. “La escena en donde los acusados perdieron de vista a la víctima tuvo lugar cuando su cuerpo llevaba ya tres o tres horas y media de muerto, cosa que se torna un imposible”, indicó.

Por último, señaló que la ropa encontrada cerca de la pileta, y que los imputados señalaron como de Pacheco, no fue reconocida por el hermano. Según el requerimiento, fueron “plantadas” allí después de la golpiza y por eso no pudo hallarse ningún rastro cuando fueron peritadas.