Muere el doble de víctimas que de ladrones

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“Qué película rara: siempre mueren los buenos”, decían ayer en un despacho oficial de la provincia de Buenos Aires. La exclamación surgió luego de que se conociera la noticia del asesinato de Diego Roda en un asalto en Ituzaingó, un caso calcado al que se registró una semana antes en Lanús: un trabajador de clase media que en dos semanas pasó de la alegría de convertirse en padre a ser baleado por ladrones. Las estadísticas apoyan la preocupación de los funcionarios: en lo que va del año asesinaron a 116 víctimas de robos en territorio bonaerense, mientras que en el mismo período los ladrones –o sospechosos de serlo– muertos en tiroteos fueron 56, menos de la mitad.

Difícil saber con exactitud qué hay detrás de estos números. En el mismo período de 2015, las víctimas asesinadas en asaltos sumaban 115, mientras que los asaltantes caídos en enfrentamientos eran 74. En La Plata no creen que haya una Policía de brazos caídos, sino más bien sospechan que hay una Policía incompetente, que llega tarde o llega mal.

El caso de Ituzaingó provocó inquietud en el entorno del ministro Cristian Ritondo. Los ladrones eran perseguidos por un patrullero, que logró alcanzarlos y chocarlos pero no detenerlos. Los delincuentes abandonaron la camioneta en la que iban, corrieron unos metros, se cruzaron con Roda y lo asesinaron para robarle el coche sin que los policías llegaran siquiera a verlos. Tras el crimen, desaparecieron. A pie.

En la Provincia creen que la única apuesta posible pasa por el reentrenamiento y el reequipamiento policial. “Hay policías que no tienen capacidad para dispararles a siluetas en movimiento”, reconocen por lo bajo. No es una deducción abstracta: así lo demuestran cuando ahora los convocan, por primera vez en años, a pasar por el campo de tiro.

Los materiales que usa la Bonaerense tampoco están a la altura de la crisis que se está viviendo, publica el diario Clarín. Casi no hay banda que actúe en el Conurbano que no tenga un handy para escuchar la frecuencia policial. Los compran por 400 pesos y les permiten seguir los movimientos de los agentes en tiempo real. Por eso Ritondo pondrá en marcha esta semana el plan para que la Policía, por primera vez, tenga comunicaciones encriptadas: compró 6.000 equipos y los tendrá funcionando antes de fin de año en la zona sur del Conurbano y en La Plata. Las últimas radios fueron adquiridas hace diez años y están abiertas a cualquier oído atento. A eso se sumarán 850 nuevos patrulleros –hoy sólo funcionan 7.700– y una reformulación del 911 que, crease o no, hoy no cubre la totalidad de la Provincia.

Mientras, las víctimas se siguen acumulando, una cada dos días.