Por Diego Raidan
El Funcionario llevó adelante una investigación donde pudo determinar cómo desde el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires echan trabajadores policiales. Lo hacen de forma silenciosa y sin agitar las aguas. Hay que prevenirse antes que termine en una epidemia. Abran los ojos y sean cautos.
Todo comenzó cuando fuentes muy cercanas al entorno del Gabinete de Seguridad Provincial nos comentaron que existía un plan sistemático para echar policías. Mucho no les creímos, pero al venir de varias fuentes nos llamó la atención y comenzamos a investigar. Apenas asumió la Gobernadora Maria Eugenia Vidal se vio un gran movimiento en el boletín oficial. Mucha gente que se encontraba con carpeta médica fue reescalafonada sin realizarse el estudio pertinente de cada legajo o caso particular.
Se hicieron listados enormes de miles de efectivos que fueron pasados de escalafón por la sola razón de estar en “tareas no operativas”; esto nos puso en luz amarilla ya que muchos trabajadores policiales estaban pagando las consecuencias de algunos “carpeteros”. Muchos de los reescalafonados contaban con enfermedades producto del servicio, o incluso heridos en servicio; no se tuvo ningún reparo.
Cuando luego apareció un listado de “inactividad”, empezaron a echar gente por doquier, sin mirar incluso que entre ellos había trabajadores que poseían la antigüedad que la ley requiere para jubilarse. Nada importó, quisieron conducir la fuerza con el miedo y el terror. Aparecieron las paritarias y con estas el rumor por las redes sociales de sirenazo, paro, etc.
La fuerza no estaba soportando la presión. Como por arte de magia se otorgó un magro aumento salarial, incluso inferior al de las fuerzas federales, y todo ese vibrante movimiento en el boletín oficial se calmó; vaya uno a saber por cuanto tiempo.
Muchos trabajadores han sido despedidos, especialmente aquellos que ingresaron con la gestión anterior, como si fueran ellos los responsables de las irresponsabilidades de gobiernos que decían saber de seguridad y solo sumaban gente para hacer número.
Como el monóxido de carbono que mata en forma silenciosa, así el Gobierno Provincial comenzó a echar trabajadores con una nueva modalidad. Ante la mínima queja o comentario de otro trabajador policial respecto de un camarada, los licenciados en psicología y psiquiatría que hasta hace poco tiempo durmieron una larga siesta, despertaron y en horas analizan conductas en muchos trabajadores que no son compatibles con la función policial.
Así comenzaron a echar a muchos, de diferentes zonas, silenciosamente, para que el resto no se entere. Por eso los alertamos y les pedimos que no se dejen echar porque quieran realizar una purga. Peleen por sus derechos, sepan que cuentan con diez días para realizar una revocatoria de un acto administrativo; que eso habilita la vía judicial para denunciar penalmente esos informes que de la nada reflejan trastornos de la personalidad o problemas de ansiedad en una batería de estudios que hicieron, o bien rehicieron ya que son estos mismos profesionales los que avalaron el ingreso de estos mismos trabajadores que hoy están echando.
El Ministro utiliza legítimamente las facultades que la ley 13.982 le confiere para despedir trabajadores policiales, pero esto no es otra cosa que el fruto de un árbol envenenado.
No pierdas tu vocación tan rápido, mantente atento; sabemos que a muchos los callaron pero a nosotros no, seguiremos trabajando, investigando y sobre todo informando, porque defendemos trabajadores policiales desde hace muchos años y sabemos los que es usar un uniforme. Hasta el próximo mes, y no se olviden de seguirnos por Facebook, en nuestra página www.privanza.com.ar, en Twitter y en Periscope, @diegoraidan y @grupoprivanza.