La lluvia, el mejor remedio contra el delito

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La lluvia es el mejor remedio contra el delito, podría decirse, según un informe oficial realizado en la ciudad de Neuquén.

Las fuentes policiales de esa ciudad patagónica detectaron que los ilícitos bajan hasta un 60 por ciento cuando caen precipitaciones en ese centro urbano.

Ocurre que, como “hay menos gente en la calle, decrece la actividad comercial y es mucho más arriesgado salir a robar porque se dejan rastros por la lluvia”, indicaron informantes al diario La Mañana de Neuquén.

Además, los ladrones infieren que hay menos dinero en efectivo en las cajas, por lo que no vale la pena correr riesgos por poca ganancia.

Ese informe, compara el primer trimestre del año con el mismo periodo del 2015. No obstante, los especialistas sostienen que los delitos continúan pero varían: los más comunes pasan a ser los robos de automotores y de ruedas de auxilio.

“Los delincuentes también viven en barrios, como les pasa a un montón de vecinos, que quedan anegados, padecen de filtraciones en los techos y los dramas propios que ocasiona la lluvia, por lo que también se quedan más tiempo en la casa”, señaló un efectivo al diario.

Antecedentes

No es la primera vez que se pone a prueba esta hipótesis. Años atrás, la Policía de Nueva York sostenía que los crímenes descendían cuando llovía.

Un 25%. Esa es la cifra que arrojó un estudio realizado por el Departamento de Policía de Nueva York y publicado por el diario The New York Times.

Foto: The New York Times.
Foto: The New York Times.

En ese estudio, en diez sábados soleados hubo 24 asesinatos, el número se redujo a 18 crímenes los diez sábados lluviosos, una clara baja del 25 por ciento.

“El 26 de agosto de 2006 ocurrió algo insólito en la Ciudad de Nueva York. Era un sábado en el corazón de verano, la clase de día donde hay un promedio de más de dos homicidios. Aún la policía no relató ningún asesinato. Ese día pasó otra cosa: llovió”, dice el artículo del New York Times. En diez días lluviosos hubo 17 crímenes; en diez sin lluvia, 14.

“Cuando caía un aguacero, bromeábamos y decíamos que esa noche podían pasar muchas cosas. Recuerdo cuando encontramos un cadáver en medio de una lluvia torrencial. La lluvia intensa nos lleva a perder fluidos corporales y puede llegar a entorpecer la búsqueda del ADN. Además, los días lluviosos los testigos suelen ser más difíciles de encontrar”, dijo en aquella ocasión al New York Times Vernon J. Geberth, un antiguo oficial al mando de una escuadrilla de homicidios del Bronx.

No todos están muy de acuerdo. “La lluvia no disuade de los homicidios domésticos, que pasan puertas adentro. De todos modos pienso que el impacto de la lluvia sobre el crimen no es determinante”, opinó Ellen G. Cohn, profesor en la Universidad Internacional de Florida. Steven Messner, profesor de Criminología en la Universidad Estatal de Nueva York en Albania, consideró que la lluvia no frenó a muchos asesinos: “Los criminales se adaptan al clima: consiguen paraguas y se adaptan a las condiciones adversas. Incluso con la lluvia podrían ocultarse mejor o borrar pruebas. Para los detectives a veces suele ser más difícil investigar sobre un terreno embarrado o lavado”.