Nuevo récord en el secuestro de drogas

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Fuente La Nación

El crecimiento de la circulación de drogas en la Argentina quedó expuesto en los registros oficiales de decomisos, que el año pasado batieron un récord. Los datos de los primeros 45 días de este año permiten proyectar que 2016 superará las marcas históricas de secuestro de sustancias prohibidas. Entre el 1° de enero y el 15 de este mes se incautaron más estupefacientes que en el mismo período de 2015.

La Gendarmería decomisó 4803 kilos de marihuana y 412 de cocaína. Es decir, un incremento de 24% en el secuestro de cannabis, contra 3865 kilos de los primeros 45 días de 2015, y de 100% en el de cocaína. En todo 2015 fueron incautadas 169 toneladas de marihuana.

Según los especialistas en narcotráfico, esos volúmenes de secuestros reflejan una mayor eficacia en las investigaciones sobre las bandas que transportan y acopian drogas para su comercialización. Pero, además, revelan un aumento en el movimiento de estupefacientes en el país como consecuencia del crecimiento del mercado local de usuarios.

Ex funcionarios que tuvieron acceso a la información inmediata de los casos tienen la misma opinión que los hombres encargados de las fuerzas de seguridad y abocados al combate contra las drogas: coinciden en definir que los récords de incautaciones tienen tanto que ver con una mayor capacidad operativa como con un volumen mayor de circulación de drogas por territorio argentino, lo que obliga tanto a promover políticas de prevención y control de la demanda como acciones para golpear el lavado de activos producto del narcotráfico.

“Aumentamos las capturas porque hace un tiempo nos enfocamos en la investigación de las bandas, más allá de atrapar al transportista de la droga. Por eso hay operativos en los que se pudieron hacer muchos allanamientos y encontrar los lugares de acopio de estupefacientes”, señalaron a LA NACIÓN importantes oficiales de la Gendarmería. También advirtieron que hay más actividad narco para la venta local.

El 90% del paso de marihuana por la Argentina está destinado al consumo local. No hay en ese negocio un volumen de exportaciones que disimulen la consolidación del mercado argentino. Salvo el pequeño porcentaje que circula hacia Chile, el cannabis entra para el menudeo. En 2005 la Argentina reconocía un decomiso anual de 30 toneladas de marihuana, en promedio. En una década la cifra neta de secuestros de esa droga subió prácticamente un 500 por ciento.

Más allá del registro récord de incautaciones de marihuana en los primeros 45 días de año, efectuados por la Gendarmería y notificados por las autoridades del Ministerio de Seguridad, la Prefectura también concretó importantes decomisos de esa droga, especialmente en golpes nocturnos en el momento en que los traficantes intentan ingresar en la Argentina con botes. Esa fuerza informó ayer la captura de 400 kilogramos en marihuana en la localidad misionera de Corpus y suma más de seis toneladas de cannabis secuestradas en los dos primeros meses de 2016.

Para un ex jefe, una fuerza de seguridad que dejó el cargo recientemente, “si no se pone el foco en bajar el consumo de drogas y en desalentar toda forma de tolerancia social en ese tema, se podrá seguir con incautaciones récord sin que el mercado se vea afectado”.

El sector narco dedicado al transporte de la sustancia parece ser el más fácil de reemplazar. Incluso la pérdida de cargamentos está dentro de los parámetros aceptables de operación para las organizaciones narco con mejor logística. Así lo entendieron el año pasado en la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), cuando incautaron 200 kilos de cocaína luego de varios meses de investigación. Un mes después de ese procedimiento, que incluyó allanamientos en varias provincias, los investigadores se sorprendieron al ver activadas nuevamente las comunicaciones de la banda, que recibió posteriormente otros tres golpes a su cadena de transporte y siguió firme con su tarea de introducir droga desde Bolivia.

Por eso, los investigadores oficiales consideran acertado frenar el ingreso de estupefacientes, pero con mayor énfasis en cortar el acceso minorista a la droga y el ataque a las finanzas de las organizaciones criminales. Especialmente, ese último aspecto se advierte como herramienta de quiebre de grupos menores, más dedicados al narcomenudeo y con dominio de zonas específicas.

Los principales referentes locales de la lucha contra el narcotráfico en los últimos 15 años coinciden en caracterizar a las bandas locales como “alejadas de los carteles internacionales”, unidas más por lazos de sangre o de conocimiento personal y con estructuras financieras endebles y detectables. El clan de Los Monos es un ejemplo, para los analistas de fuerzas de seguridad, de esa clase de organización local, con capacidad de acción reducida a una zona específica de Rosario y maniobras poco sofisticadas de lavado de dinero.

En ese sentido, la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (Procelac) tiene identificadas 29 causas con incautación de divisas del narcotráfico en diversos juzgados federales, con $7.568.486.130 embargados desde 2013. Además, en esos expedientes figuran el secuestro de 176 inmuebles y el procesamiento de 47 personas, de las cuales 31 están encarceladas con prisión preventiva por lavado de dinero en causas narco.