Lo acusan de tirar a su esposa del balcón de un hotel de Tribunales: Comienza el juicio

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Un uruguayo comenzará el miércoles próximo a ser juzgado por “femicidio” acusado de haber arrojado a su esposa, una azafata de la empresa de Buquebús, por el balcón del cuarto piso de un hotel de la zona porteña de Tribunales e intentar engañar a los investigadores diciendo que se había tratado de un suicidio, informaron hoy fuentes judiciales.

El juicio comenzará a las 10 en el sexto piso del Palacio de Tribunales de Talcahuano 550 y estará a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 8 de la Capital Federal, el mismo que en diciembre pasado condenó al sommelier Luciano Sosto (37) a prisión perpetua por el homicidio de su madre.

El imputado es Eduardo Adrián Casaballe Colacho (47), operador de sistemas y de nacionalidad uruguaya, quien está acusado del “homicidio doblemente agravado por haber sido cometido contra su cónyuge y por haber mediado violencia de genero”, delito que prevé la pena de prisión perpetua.

La víctima del hecho fue Mariela Leites Da Silva (34), también uruguaya, y quien trabajaba como azafata de los barcos de la empresa Buquebús, y tenía un pequeño hijo en común con el acusado que fue testigo directo del hecho y estaba en el hotel cuando su madre cayó por el balcón.

El TOC 8 estará presidido en este debate por el juez Ricardo Basilico e integrado por sus colegas Alejandro Sañudo y Ricardo Larrain. La acusación estará en manos de la fiscal general Diana Goral -la misma que también actuó en el caso del sommelier y logró su condena-, y el imputado estará representado por el defensor oficial Alejandro Di Meglio.

La querella de la familia de la víctima estará a cargo de los abogados Gonzalo Alvarez Casado y Nicolás García Culla.

Casaballe llega al debate detenido hace ya un año y diez meses y cumple prisión preventiva en el Complejo Penitenciario Federal II de Marcos Paz.

La clave del juicio estará en establecer si la muerte de la azafata uruguaya fue un homicidio, como entendieron en la instrucción el juez Fernando Caunedo y el fiscal Lucio Herrera (h), y ahora sostendrán en el juicio la fiscal Goral y la querella; o si fue un suicidio como dijo el día del hecho el propio imputado.

La versión que dio Casaballe del episodio está volcada en el expediente a través de la testimonial de una amiga a la que, antes de ser detenido, le contó que estaba discutiendo con su esposa para revisarle el celular, que el aparato se le cayó a ella de las manos y que entonces su mujer dio tres saltos y se tiró por el balcón.

Los testigos del hotel que escucharon una discusión previa, las conclusiones de la autopsia y un video de una juguetería de la cuadra que grabó la forma en la que cayó la víctima, son los elementos a partir de los cuales la justicia cree que fue femicidio.

El hecho ocurrió pasadas las 20 del 28 de abril de 2014 en el hotel “Micky”, ubicado en Talcahuano 362, a tan sólo dos cuadras del Palacio de Tribunales, donde el matrimonio Casaballe-Leites convivía en la habitación 41 del cuarto piso junto a su hijo de 2 años.

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El pasajero de la habitación de al lado declaró que escuchó primero el llanto del niño, luego el de la víctima y después al imputado salir corriendo de la habitación al grito de “¡ayuda!”.

Una vecina que paseaba a su perro por la cuadra vio a Casaballe gritándole a la víctima “¡qué hiciste!”, primero asomado desde el balcón y luego al bajar a la calle.

Sin embargo, en el requerimiento de elevación a juicio al que accedió Télam, el fiscal Herrera sostiene que Casaballe hizo una “teatralización” en la que “procuró desde el inicio del sumario simular tal situación como un suicidio, intentando ocultar así el acto homicida cometido”.

La autopsia determinó que la causa de muerte fueron los golpes producidos por la caída que “le provocaron la fractura de todos los huesos de la bóveda craneana, con pérdida de masa encefálica”.

Sin embargo, la perito del Cuerpo Médico Forense que practicó la autopsia, Adriana Pietrantonio, detectó en la cara lateral izquierda del cuello lesiones equimóticas (moretones) que podrían corresponder a una maniobra de estrangulamiento.

La médica declaró que “la víctima pudo haber quedado indefensa”, ya que al comprimir el cuello se puede generar un “síncope vagal” con el que “se puede perder la consciencia”.

El video de la juguetería es clave en la investigación ya que se observa que Leites cayó inconsciente, sin mover brazos ni piernas, que es un movimiento reflejo, incluso en suicidas, conocido en el ámbito de la medicina legal como “efecto polichinela”.

Por ello, el fiscal Herrera acusó directamente a Casaballe de haberle “presionado el cuello” a su mujer produciéndole “una leve inconsciencia” y que en esas condiciones la “arrojó” desde el balcón de ese cuarto piso.

“Claramente se vislumbra en el expediente la acción del imputado congeniada a consumar el asesinato pretendido”, dice Herrera, para luego agregar que el episodio “tuvo lugar en el contexto de una situación de violencia polifacética sostenida en el tiempo”.

La familia de Leites, sus compañeros de trabajo en Buquebús y las denuncias realizadas en la justicia uruguaya revelan “episodios comprobados de violencia verbal, psicológica, económica y física de parte del imputado hacia la víctima”, afirma el fiscal.

Dos empleados del hotel “Micky” declararon que el imputado controlaba todos los movimientos de su mujer al punto de que no la dejaba ir sola al baño, que era compartido.

Por último, el fiscal también destaca “el perfil violento de Casaballe Colacho en diferentes momentos de su vida en pareja”, ya que su segunda mujer se fue a vivir a Francia luego de sus maltratos y, según fuentes de la querella, el imputado también fue investigado por la muerte, en una pileta, de su primera esposa.