Las llamadas y mensajes que comprometen al sommelier

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El reconocido sommelier y empresario gastronómico Luciano Carlos Sosto comenzará hoy a ser juzgado acusado de haber violado y asesinado a su propia madre, en un hecho ocurrido en diciembre de 2013 en el barrio porteño de Palermo, informaron fuentes judiciales.

El juicio se iniciará a las 9 en el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 8, ubicado en el sexto piso del Palacio de Tribunales, en la calle Talcahuano 550 de esta Capital Federal.

Sosto (37), un reconocido sommelier que ganó concursos y premios internacionales y que fue dueño de su propio restaurante, “Lucky Luciano”, en la zona del zoológico porteño, está preso por el crimen de su madre, la psicóloga Estela Garcilazo (69).

El sommelier lleva ya un año y diez meses preso en el penal de Marcos Paz y enfrentará en el debate una acusación por homicidio y abuso sexual, ambos agravados por el vínculo, delitos que prevén una pena de prisión perpetua.

La existencia o no del abuso será uno de los temas clave del juicio, ya que en su momento estudios complementarios a la autopsia determinaron que en la vagina de Garcilazo había “fosfatasa ácida prostática”, una de las proteínas del semen.

Las muestras no alcanzaron para obtener un perfil genético, los forenses no detectaron lesiones genitales ni paragenitales y peritos declararon que la presencia de esa proteína no equivalía a sostener que había un ataque sexual.

Por ese motivo, el juez de instrucción que encarceló a Sosto, Hernán Martín López, en su momento procesó a “Lucky” por el homicidio pero lo sobreseyó parcialmente por el abuso de su madre.

Pero la fiscal de instrucción Graciela Bugeiro insistió con la acusación en una apelación y logró que el sommelier también vaya a juicio por el presunto ataque sexual, algo que, según fuentes judiciales, los fiscales de juicio Diana Goral y Julio César Castro revisarán durante el debate para ver si acusan a Sosto por los dos delitos o sólo por el homicidio.

La defensa de Sosto utilizará este supuesto abuso sexual como una herramienta a su favor porque sostienen que el sommelier jamás podría haber violado a su madre porque es homosexual.

“Me parece una falta de respeto la imputación. Yo soy homosexual desde hace 15 años. No me gustan las mujeres. Menos las mujeres grandes y mucho menos una persona que es mi madre”, declaró Sosto en su última indagatoria.

Las audiencias serán los lunes, miércoles y viernes y, en principio, está previsto que declaren entre 50 y 60 testigos, por lo que el juicio podría extenderse durante dos semanas.

Todas las partes se reforzaron especialmente para el debate, ya que, en primer lugar, el TOC 8, que estará presidido por el juez Alfredo Alejando Sañudo e integrado por sus colegas Ricardo Ángel Basílico y Fernando Larraín, nombró como cuarta juez suplente a Patricia Mallo.

Por su parte, la fiscal Goral estará acompañada por su colega Julio César Castro, uno de los que este año participó, aunque sólo en algunas jornadas, del juicio por el crimen de Ángeles Rawson, en el que el portero Jorge Mangeri terminó condenado a prisión perpetua.

Además de mantener al abogado Guillermo Schmidt, el propio imputado sumó como codefensor al reconocido penalista Juan José Avila.

Quienes sólo podrán asistir como público tras ser apartados en su rol de querella, porque actuaban como una defensa paralela, son el viudo de la víctima y padre del imputado, el empresario gastronómico Carlos Sosto -dueño del restaurante Guido’s Bar-, y al abogado que lo representa, Fernando Díaz Cantón, quienes siempre creyeron en la inocencia de “Lucky”.

Por otro lado, los investigadores judiciales del crimen de Garcilazo encontraron una serie de llamados y mensajes de texto que a su criterio comprometieron al hijo de la mujer.

Los médicos forenses establecieron que Garcilazo fue asesinada entre las 7.30 y las 11.30 del 26 de diciembre de 2013 y justamente ese día y cerca de ese horario, hubo comunicaciones entre las casas de la víctima y el imputado.

Desde la línea de la casa de Sosto existió una primera llamada saliente de 8 segundos de duración a la casa de su madre ese 26 de diciembre a la 1.48 de la madrugada.

Esa misma mañana, una amiga del imputado mantuvo una charla telefónica prolongada con Sosto llamándolo en dos oportunidades a su casa: a las 9.01 charlaron durante 30 minutos, la conversación se cortó y a las 9.31 la mujer volvió a llamar a los de “Lucky” y hablaron otros 9 minutos, hasta las 9.40.

Un minuto después de cortar esa comunicación con su amiga, Sosto llamó a las 9.41 a la casa de su madre y la conversación se extendió por sólo dos segundos.

A las 10.50, hubo una nueva llamada saliente de la casa de Sosto al domicilio de su madre y en esta oportunidad la conversación duró seis segundos.

Para algunos investigadores, ése pudo ser el momento en el que el sommelier le avisó a su madre que bajaba y se produjo el homicidio.

A las 15.07 de aquel 26 de diciembre -cuando los forenses ya dan por sentado que Garcilazo estaba muerta-, Sosto llamó desde la casa de su madre al servicio de urgencias del Hospital Alemán para pedir una ambulancia.

La grabación de audio de esa llamada fue aportada a la Justicia por la empresa de medicina prepaga y allí escuchó a Sosto algo alterado: “Hola, por favor te pido… una ambulancia”.

En ese momento, no recordó el número de teléfono de su madre cuando se lo preguntaron, dio rápido la dirección y luego de gritar “¡Ah! ¡No sé que le pasa! ¡Le agarró un shock!” cortó abruptamente la comunicación.

Nueve minutos más tarde, llamó a “Guido’s Bar”, el restaurante de su padre, para avisarle a su tío Bernardo, hermano de su madre, lo que sucedía.

A las 15.31, Sosto volvió a llamar a urgencias para ver si habían tomado su pedido de ambulancia y allí dijo que antes cortó “porque estaba en shock la persona… muerta”, pero luego se contradijo porque la describió aún con vida y le preguntó a la operadora: “¿Vos sabés algo de primeros auxilios?, está empezando a tener convulsiones, te corto porque está haciendo convulsiones ¿sí?”.

En relación a los SMS, a la fiscal de instrucción Graciela Bugeiro le llamó la atención una serie de mensajes de ese día en los que Sosto se quiso sacar de encima a dos amigos que querían subir a su casa para saludarlo por Navidad.

“¿Por qué no atendés?”, le preguntó el amigo, a lo que Sosto contestó: “Estoy ocupado. Hablando por teléfono y enquilombado. Les aviso cuando me libere o relaje”.

El amigo insistió: “Pero subimos un toque. Por Navidad… Tenemos planes”, a lo que Sosto volvió a llamarle la atención: “¡Feliz Navidad! Estoy ocupado amigo y con problemas. Respetá y avisá antes de pasar”.

Otros SMS tenidos en cuenta por los investigadores judiciales fueron los que Sosto intercambió con “Daniela Pala”, el nombre con el que tenía agendada en su celular a la travesti “dealer” que vendía en Palermo y a la que convocaba cada vez que tenía plata para comprarle cocaína.

“¡Feliz Navidad hermosa! Y tengo todo para saldar mis deudas. Vení xfa” (sic), le escribió Sosto el 25 de diciembre de 2013 a las 13.57.

Al día siguiente, cuando ya estaba la Policía en el edificio y esperaban el arribo de la morguera para retirar el cadáver de su madre, Sosto le dio su celular a un amigo para que se contactara con “Daniela Pala” y fuera a comprarle más cocaína.

“Estoy yendo, soy M…, te doy el sobre para tres”, escribió el amigo desde el celular de Sosto y la dealer contestó con su ubicación: “Santa Fe y Godoy Cruz, al lado del Mcdl (en referencia a una casa de comidas rápidas)”.

El hecho ocurrió el 26 de diciembre de 2013 en un edificio de la calle Seguí 4444 de Palermo, frente a la residencia del embajador de Estados Unidos, donde Sosto vivía en el 5to. “B” y su madre, Garcilazo, en el departamento de abajo, el 4to. “B”.