Declaran médicos forenses en el juicio por el crimen de Nora Dalmasso en Río Cuarto

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Dos médicos forenses declararán hoy en la apertura de la novena semana del juicio por el crimen de Nora Dalmasso (51), ocurrido en noviembre de 2006 en la ciudad cordobesa de Río Cuarto, y expondrán sobre los estudios y conclusiones de la autopsia realizada a la mujer, informaron fuentes judiciales.

Los testigos convocados para declarar ante el jurado popular y el tribunal técnico de enjuiciamiento son Martín Subirachs, uno de los tres médicos forenses que participaron de la autopsia, y Mario Vignolo, quien colaboró en los análisis de protocolos de la autopsia.

La de hoy será la 23ra. audiencia del debate que comenzó el 14 de marzo en los tribunales de Río Cuarto, en el sur provincial, y a 220 kilómetros de la capital cordobesa, en el que hasta el fecha declararon 52 testigos.

El médico Marcelo Macarrón, viudo de Dalmasso, es el único acusado y afronta cargos por el delito de “homicidio calificado por el vínculo, por alevosía y por precio o promesa remuneratoria en concurso ideal”, que contempla la pena de prisión perpetua.

La acusación fiscal sostiene que presumiblemente unos meses antes del 25 de noviembre de 2006, Macarrón “en acuerdo delictivo con personas aún no identificadas por la instrucción, instigó el crimen de su mujer por desavenencias matrimoniales”.

Agrega que mientras el acusado se encontraba en la ciudad uruguaya de Punta del Este participando de un torneo de golf, entre las 20 horas del 24 de noviembre de 2006 y las 3.15 del 25, al menos una persona ingresó en la casa de Nora, en barrio Villa Golf de la ciudad de Río Cuarto, describe la acusación.

El homicida, “aprovechándose de la indefensión de la víctima, aguardó que ésta realice su rutina previa al descanso y abordó a Nora Dalmasso una vez que ésta se encontraba dormida en la habitación de su hija, ubicada en la planta alta de la vivienda”.

En esas circunstancias y “cumpliendo el plan delictivo acordado previamente con Macarrón y sus adláteres, la tomó del cuello, ejerciendo una fuerte presión con sus manos, anulando así toda posibilidad de defensa”.

Seguidamente, “utilizó el cinto de toalla de la bata de baño que se encontraba en la habitación, realizando un ajustado doble lazo alrededor del cuello, ocasionando la muerte por asfixia”.