La mamá de Luciano responsabilizó a otros cinco policías y declara como testigo ante la fiscal

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La madre de Luciano Olivera, el adolescente de 16 años asesinado de un disparo efectuado por un policía en Miramar, dijo hoy que hay otros cinco efectivos responsables porque fueron quienes iniciaron la persecución de su hijo, al ingresar a la fiscalía de esa ciudad balnearia junto a su pareja para declarar como testigo en la causa.

Poco antes de las 10.30, y a poco de presentarse ante la fiscal del caso, Ana María Caro, Judit Aristegui confirmó a Télam que esta tarde mantendrá un encuentro el abogado que la representará en la causa, Gregorio Dalbón, y los padres de Lucas González, también muerto de un balazo policial en el barrio porteño de Barracas.

La mujer consideró esa reunión importante porque significa “estar unidos”.

Según está previsto, ambas familias, junto al letrado, brindarán una conferencia de prensa a las 19 en la ciudad de Miramar para expresarse “contra la violencia institucional”.

Por su parte Marcos, padrastro de Luciano, expresó: “Queremos que se haga justicia, no queremos que vaya preso él solo. Vamos por todos, no vamos por una sola persona”.

“Él iba para casa a devolverme la moto y le dije `llévatela, andá y después alcánzamela´, y pasó todo lo que pasó”, contó el hombre, quien también declaraba como testigo en la fiscalía.

“Nos decían que había sido un accidente, pero después cuando vimos que él tenía el orificio de una bala ahí empezamos a enloquecer, en el momento uno no sabe qué hacer”, recordó.

Además de Judit y su pareja, Marcos, durante esta jornada también declarará ante la fiscal Cintia Aristegui, madrina de la víctima, quien es integrante de la Policía bonaerense.

En tanto, a las 10 se iniciaron en el Instituto de Ciencias Forenses de Mar del Plata, dependiente del Ministerio Público, las pericias para determinar si la pistola Bersa 9 milímetros utilizada por el efectivo detenido, Maximiliano González (25), funcionaba correctamente.

También será peritada la vaina servida del proyectil, que fue hallada en el lugar, mientras que el plomo que perforó la remera, el buzo, la campera que la víctima llevaba puestos, y que atravesó su cuerpo, no pudo ser localizado durante los rastrillajes llevados a cabo tras el hecho.

Fuentes cercanas a la investigación indicaron que ya se inició en el Cuerpo de Ayudantía Técnica a la Instrucción de la Fiscalía General el análisis de decenas de cámaras privadas relevadas en las cuadras que duró la persecución de Olivera por parte de uno de los patrulleros involucrados, y el Municipio de General Alvarado aportó además imágenes tomadas por dispositivos del sistema de monitoreo público.

La fiscalía intentaba además determinar el origen de una imagen que circuló desde el día del crimen por redes sociales, tomada supuestamente durante el momento en que Olivera fue baleado, que no fue sumada a la investigación por desconocerse su procedencia.

En caso de ser identificado, el autor de ese registro podría ser citado por la fiscalía a brindar declaración como testigo.

Los investigadores aguardaban además el informe definitivo de la autopsia al cuerpo de Olivera, que podría conocerse sobre el fin de la semana, y también el resultado de las pericias toxicológicas sobre la extracción de sangre realizada al imputado, que serán practicadas en una sede de la Asesoría Pericial del Poder Judicial bonaerense.

El asesinato de Olivera se produjo en la madrugada del último viernes, cuando un patrullero con cuatro efectivos a bordo quiso identificar presuntamente al adolescente que se trasladaba a bordo de una moto Yamaha YBR 125 roja.

En circunstancias que aún son materia de investigación, efectivos que iban en otro móvil se cruzaron en su camino en la avenida 9, entre las calles 32 y 34, y luego de descender de esa unidad, González le efectuó un disparo con su arma reglamentaria.