Néstor Pavón (38) es un personaje central en la causa que investiga el crimen de Micaela García (21), la joven violada y asesinada hace tres años a la salida de un boliche de Gualeguay. Era el dueño del lavadero de autos en el que trabajaba Sebastián Wagner (34), el principal acusado por el caso, y la última persona que estuvo con él. Lo acusaron como coautor, lo condenaron a cinco años de prisión por “encubrimiento agravado”, pero antes de cumplir la pena fue excarcelado porque la Cámara de Casación de Paraná anuló el fallo y ordenó que sea sometido a un nuevo juicio.
Pavón siempre se declaró inocente, pese a que Wagner lo acusó de haber participado en el crimen y el abuso de la estudiante de educación física y militante social. Los dos acusados cenaron en la madrugada del 1° de abril, cuando desaparece Micaela, y estuvieron juntos hasta al menos las 3 de ese día.
Wagner, que tenía una pena de nueve años por otros ataques sexuales, confesó que abusó de la joven pero en su relato explicó que después fue “a drogarse” y señaló que durante ese transcurso Pavón “la violó y ahorcó”.
Su empleador señaló que lo único que hizo fue prestarle su auto a Wagner, aunque en su intento por despegarse del femicidio, habría incurrido en algunas contradicciones.
En octubre de 2017, los dos acusados fueron juzgados por el Tribunal Oral Nº 2 de Gualeguay. Wagner recibió prisión perpetua y Pavón cinco años de prisión.
La decisión de los jueces no dejó conforme a la familia de la víctima. “No nos vamos bien, parcialmente sí, pero no es lo que esperábamos, queríamos otras penas. Estamos sobrellevando lo más doloroso: nuestra hija no va a volver, a mi hija nadie me la va a traer de vuelta. Lo que yo quiero es que descanse en paz”, reconoció Andrea Lescano, la madre de Micaela.
En 2019, la Cámara de Casación Penal de Paraná ratificó la condena contra Wagner pero anuló la sentencia de Pavón por encubrimiento y ordenó la realización de un nuevo debate.
A partir del fallo, la Sala 1 en lo Penal del Superior Tribunal de Justicia de Entre Ríos, integrada por Daniel Omar Carubia, Miguel Ángel Giorgio, Mónica Mizawak, resolvió liberar a Pavón en un fallo dividido.
En su voto, el juez Carubia entendió que no existe “ningún riesgo procesal concreto ni se exponen razones que demuestren la posibilidad concreta” de que Pavón “puede entorpecer la investigación ya íntegramente realizada y con sentencias de mérito”.
Además, consideró que “ya lleva en encarcelamiento preventivo un tiempo que superará el de su posibilidad de acceso a la libertad condicional si estuviese cumpliendo como condenado la pena impuesta -la cual está, además recurrida por su defensa-, con lo cual su situación cautelar se revela por el momento más gravosa que la de un efectivo cumplimiento de pena”.
Giorgio coincidió con Carubia y consideró que “no parece razonable pensar a esta altura en una posible fuga o en una supuesta obstaculización de una investigación que ya ha concluido” y que la “prolongación indebida de la privación de libertad permitiría ya no hablar de un anticipo de pena sino lisa y llanamente de la imposición de una pena ilegal”.
La jueza Mónica Mizawak, la única que votó en contra, se opuso a la excarcelación, aunque se mostró a favor de un arresto domiciliario, ya que esa medida “asegura suficientemente la ejecución de la sanción punitiva impuesta, en caso de que se confirme la condena dictada en su contra” en un próximo juicio.
Micaela desapareció el 1º de abril de 2017 tras salir de un boliche en Gualeguay y su cuerpo fue hallado una semana después semienterrado cerca de la ruta nacional 12. De acuerdo a los forenses, la joven había sido violada y estrangulada el mismo día en que desapareció.