A ocho años de su desaparición, comienza el juicio por el caso Erica Soriano

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Erica Soriano fue vista con vida por última vez el 20 de agosto de 2010. La cámara de seguridad de un sanatorio porteño registró el momento en que abandonaba el centro asistencial luego de consultar al ginecólogo. Nunca más se supo de ella. Se sospecha que fue asesinada y que la mató quien era su pareja, Daniel Lagostena.

El lunes próximo, a partir de las 10, Lagostena, que está detenido con prisión preventiva desde hace dos años, será juzgado por homicidio calificado en concurso real con aborto, en contexto de violencia de género, publica el diario La Nación. Para la Justicia de Instrucción hubo un femicidio, aun cuando no se encontró el cuerpo del delito. Esa tipificación solo admite la pena de prisión perpetua.

Lagostena está detenido desde el 1º de mayo de 2016 en la Unidad Nº 40 del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) en Lomas de Zamora. Le había sido dictada la prisión preventiva por el juez de Garantías de ese distrito Gabriel Vitale, quien aceptó la solicitud que le había hecho el fiscal Gerardo Loureyro. El año pasado ambos coincidieron en la elevación a juicio del caso.

Según surge de la investigación encarada por el representante del Ministerio Público, Érica habría sido asesinada entre las 22.13 del 20 de agosto de 2010 y las 23 del día siguiente, luego de haber regresado a su casa tras la consulta con el médico en el Sanatorio Mater Dei.

De la reconstrucción del homicidio realizada por el fiscal surge que a Érica la mataron “en el interior de la casa situada en el pasaje Coronel Santiago 1433 de Lanús” y que “allí el imputado segó la vida e interrumpió -con pleno conocimiento de su existencia- el embarazo que por entonces gestaba su pareja mediante métodos todavía no determinados, en virtud de haber logrado el causante ocultar el cuerpo de la víctima”.

Como se dijo, el juez Vitale dispuso que Lagostena sea sometido a juicio oral a pesar de que el cuerpo de Érica nunca fue encontrado. Antes, los camaristas Tomás Bravo, Martín García Díaz y Jorge Tristán Rodríguez habían confirmado el procesamiento con prisión preventiva del acusado.

Si bien no aparece mencionada en la resolución judicial, la principal hipótesis de los investigadores sostiene que el cuerpo de Érica habría sido cremado en el horno del cementerio de Lanús, con el que trabajan varias funerarias de la zona. Una de esas empresas pertenecía, precisamente, a la familia de Lagostena.

Otro de los elementos que complicaron a la pareja de Érica fue el peritaje psicológico, según el cual el imputado “presenta un trastorno antisocial de la personalidad con manifiestas características correspondientes a la psicopatía”.

Un segundo estudio psicológico concluyó que Lagostena “presenta una personalidad psicopática con marcados rasgos narcisistas” y que “el vínculo era de sometedor a sometido, donde Daniel ejercía un férreo control sobre Érica”.

En sus declaraciones indagatorias, Lagostena afirmó que era inocente y relativizó cada una de las pruebas en su contra. Intentará sostener esa posición en el debate, que tendrá unos 70 testigos.

María Esther, la madre de Érica, será la primera en declarar ante los jueces del Tribunal Oral Nº 9, que está integrado por los magistrados Victoria Ballvé, Darío Bellucci y Juan Manuel Rial.

La acusación estará a cargo de la fiscal Mariana Rocovich, quien actualmente se desempeña en la unidad de Violencia de Género y Violencia Familiar de Lomas de Zamora. El abogado Marcelo Mazzeo representará a la familia de la víctima como querellante.

Entre los 70 testigos citados figuran amigos y familiares de Érica que cuando declararon durante la etapa de instrucción del caso se refirieron a la “pesadilla” que vivía la víctima en su relación con el imputado debido a los celos de él. También declararán los policías que realizaron los cruces de llamadas entre Lagostena y su entorno la noche de la desaparición de la mujer.