La joven Nahir Galarza, acusada de haber asesinado de dos balazos a su ex novio Fernando Pastorizzo en diciembre último, seguirá detenida con prisión preventiva en la comisaría del Menor y la Mujer de Gualeguaychú, ya que la Justicia rechazó ayer por sexta vez un pedido de la defensa para que se le conceda la excarcelación o el arresto domiciliario.
El Tribunal de Juicio y Apelaciones de Gualeguay, integrado por los jueces Darío Crespo, Roberto Cadenas y presidido por María Angelica Pivas, desestimó una nueva solicitud de los abogados de la joven de 19 años, que es la única imputada por el crimen de Pastorizzo (20).
En una audiencia que se realizó ayer, a la que Nahir no asistió, sus defensores, José Ostolaza, Horacio Dargainz, Darío Germanier y Pablo Sotelo, pidieron que se le conceda la libertad o el arresto domiciliario hasta el juicio oral, que se realizará en algunos meses.
Además, los abogados recusaron al fiscal de la causa, Sergio Rondoni Caffa, y al juez de Garantías Mario Figueroa, lo que ahora deberá resolver la Cámara de Casación Penal de Paraná, según informó a Télam el abogado Rubén Virué, que representa a Silvia Mantegazza, madre de la víctima.
Antes de este pedido de excarcelación, los abogados de Galarza realizaron otros cinco planteos en la misma dirección que fueron, uno a uno, rechazados.
Galarza cumple prisión preventiva en el marco de esta causa desde el 2 de enero por el delito de “homicidio doblemente agravado por la relación de pareja y por el uso de arma de fuego”, el cual prevé una pena de prisión perpetua en caso de recaer condena.
En un fallo del 16 de marzo, el juez Figueroa dispuso que permanezca detenida la menos hasta el 1 de mayo, y en esa ocasión, se tendrá que resolver si la medida es nuevamente prorrogada o no.
El crimen fue cometido el 29 de diciembre cerca de las 5.30 en Gualeguaychú, donde Pastorizzo fue hallado malherido en la calle con uno tiro en la espalda y otro en el pecho, y su moto y dos cascos tirados a su lado.
El joven murió poco después y si bien Galarza primero declaró como testigo y dijo que había visto por última vez a su exnovio la noche anterior, luego se fueron sumando pruebas que derivaron en que la chica terminara presentándose a la Justicia y confesara el crimen.
Sin embargo, el 16 de enero, la acusada pidió ampliar su indagatoria y aportó una nueva versión de los hechos en la que aseguró que los disparos que efectuó contra la víctima fueron “accidentales”.
Intentó explicar que en la primera declaración como imputada había mentido porque temió que lo culpen a su padre policía que era el responsable de la pistola calibre 9 milímetros reglamentaria que se convirtió en el arma homicida.
Dos días después, la defensa pidió al juez Figueroa que el hecho se califique como un “homicidio en ocasión de violencia de género”, pero este requerimiento también fue rechazado.
La fiscalía y la querella ya pidieron que la causa sea elevada a juicio oral porque finalizó la Investigación Penal Preparatoria, por lo que cuando el juez lo resuelva, se deberá sortear el tribunal oral que va a intervenir.