Los tres hombres que fueron detenidos ayer tras el ataque a balazos a un oficial de la Policía Federal Argentina (PFA) que quiso impedir un robo en una farmacia de la localidad bonaerense de Quilmes, se negaron a declarar esta tarde, en tanto que el efectivo continuaba internado en grave estado, informaron fuentes judiciales.

Jorge Saizar, titular de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 5 de Quilmes que lleva adelante la investigación, ordenó el traslado de Jonathan Ariel Herrera (28), Pedro Ariel Parolini (34) y Marcelo Rajoy (40), detenidos por los delitos de “tentativa de homicidio y robo agravado en poblado y en banda”, pero se negaron a declarar.

Fuentes de la investigación precisaron a Télam que se aguardaban los resultados de los análisis de balística realizados e iban a ser llamados a declarar en sede judicial los empleados de la farmacia y otros testigos, quienes ya habían brindado su testimonio en el lugar del hecho.

En tanto, se esperaba poder identificar a un vecino y conocido del barrio, que vio cómo los ladrones escaparon a bordo de un Renault Clío a toda velocidad, para que también pueda atestiguar.

Por otro lado, los voceros indicaron que hasta esta tarde, la víctima, Sebastián Orrego Aravena (23), quien recibió unos cinco disparos, permanecía estable y con pronóstico reservado en el Hospital El Cruce de Florencio Varela.

El hecho se registró a las 8.30 de ayer en el comercio situado en la calle 12 de Octubre, entre Estanislao del Campo y Joaquín V. González, del mencionado partido del sur del conurbano, adonde ingresaron a robar dos asaltantes armados.

Mientras los ladrones sacaban dinero de la caja registradora y le pedían más a un empleado y le sacaban el teléfono, entró a la farmacia Orrego Aravena, de franco y vestido de civil quien, al advertir la situación, se identificó como policía y dio la voz de alto.

Según registraron las cámaras de seguridad del local, uno de los ladrones y el empleado se agacharon y se escondieron detrás del mostrador, mientras que el otro asaltante levantó los brazos para demostrar que se entregaba.

Mientras ese último se arrodillaba, su cómplice empezó a dispararle al policía, que recibió cinco impactos de bala en el tórax.

Los asaltantes escaparon corriendo y se subieron a un vehículo color oscuro que los esperaba con un tercer cómplice sobre la calle Estanislao del Campo.

Mientras, una ambulancia trasladó al oficial al hospital de Florencio Varela, donde fue tratado de urgencia por las heridas recibidas y la consecuente pérdida de sangre.

Tras el hecho, se montó un operativo cerrojo y en las calles Miguel Cané y Craviotto, en Quilmes, la Policía capturó a Rajoy cuando circulaba a bordo de un Renault Clio color azul, donde se halló el teléfono celular que le había sido sustraído al empleado de la farmacia.

Más tarde, un móvil del Comando de Patrullas de Quilmes, frente a un domicilio situado en Cravioto al 2500, advirtió la presencia de otro Clio, pero negro, que tenía la patente tapada con cinta y que había sido señalado por testigos como aquel del que habían descendido los otros cómplices.

Por orden de la fiscalía, efectivos de la comisaría local allanaron una vivienda alquilada situada allí y encontraron a Herrera y Parolini, uno de ellos oculto debajo de la cama de un dormitorio y el otro escondido en el baño, quienes fueron detenidos.

En el lugar se secuestraron dos pistolas, una de ellas calibre 9 milímetros marca Taurus (que se correspondería con la del oficial herido) y otra Bersa Thunder con inscripción “Policía de la Provincia de Buenos Aires”, presuntamente robada a esa fuerza.