Se reanuda el juicio por el caso Candela con los alegatos de los defensores

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El juicio por el secuestro y asesinato Candela Sol Rodríguez, la niña de 11 años secuestrada y asesinada en 2011 en el partido bonaerense de Hulringham, continúa hoy con los alegatos de las defensas de dos de los tres acusados que vienen siendo juzgados desde el mes de febrero en los tribunales de Morón.

La etapa de alegar de los defensores públicos de Hugo Bermúdez (45) y Fabián Gómez (45) comenzará desde las 9.30 en el Tribunal Oral Criminal (TOC) 3 de Morón, mientras que mañana será el turno del abogado de Leonardo Jara (37).

Durante los alegatos del lunes, Román Makinistián, uno de los abogados de la madre de la víctima, Nancy Carola Labrador, requirió a los jueces Diego Bonanno, Mariela Moralejo Rivera y Raquel Renée Lafourcade, la la máxima pena para Hugo Bermúdez (45) y Leonardo Jara (37) y consideró que Fabián Gómez (45) debe ser absuelto por el beneficio de la duda.

El letrado acusó a Bermúdez y Jara como autor y coautor, respectivamente, de los delitos de “privación ilegal de la libertad coactiva seguida de muerte” y, a diferencia de la fiscalía, al primero le agregó el de “abuso sexual doblemente ultrajante”.

Por último, el abogado dio por probado que Jara realizó un llamado extorsivo a la familia de la víctima y que Bermudez abusó sexualmente de la niña, mientras que en el caso de Gómez “no se acreditó con la certeza que esta instancia requiere su participación en el hecho”.

En su alegato de la semana pasada, uno de los tres fiscales de juicio, Pablo Galarza, había dado por acreditado que Candela fue víctima de abuso sexual pero no imputó a ninguno de los acusados de ese delito para no modificar la caratula con la que habían llegado a juicio y que así la defensa tuviese la posibilidad de plantear alguna nulidad.

Para Galarza, el 22 de agosto de 2011 Candela “fue sustraída por tres sujetos en una camioneta Ford EcoSport negra”. La mantuvieron cautiva algunos días en la localidad de San Martín y luego estuvo en Villa Tesei, en Hurlingham.

Allí, primero la mantuvieron secuestrada en una vivienda de la calle Kiernan 992, conocida por la prensa como “la casa rosa” (para la querella no fue llevada a ese inmueble) durante un breve lapso y después la trasladaron a otra propiedad de Cellini 4085, que estaba abandonada.

Según el fiscal, entre las 20.30 del 29 de agosto y las 8.30 del día siguiente, Bermúdez “abusó sexualmente de la niña con un elemento duro por vía anal y la sofocó” tapándole la nariz y la boca mientras la sostenía desde atrás.

Respecto de Jara, el fiscal afirmó que realizó el llamado extorsivo a la familia de Candela mientras estaba cautiva y sostuvo que “su suerte está echada por las pericias de voz” efectuadas por Gendarmería.

Mientras que a Gómez lo situó en la casa de Kiernan por dichos de un vecino que lo vio allí cuatro días antes del hallazgo del cuerpo de Candela a 30 cuadras de esa propiedad y por llamadas que mantuvo con los otros dos imputados.

Para dar probado que la niña estuvo en la vivienda de Cellini, Galarza dijo que allí se encontraron algunas prendas quemadas de la víctima y un esmalte de uñas rosa que la madre dijo que le pertenecía.

Por su parte, otro de los fiscales de juicio, Antonio Ferreras, dijo que se halló ADN de la nena en un bol y en una taza de la casa Kiernan y de Bermúdez en un palo de madera de la casa de Cellini y dentro de una taza que se encontraba en la vivienda de la exconcubina de Jara, lo que prueba la vinculación entre ambos.

A su turno, el tercer fiscal Mario Ferrario, quien también instruyó la causa, solicitó la prisión perpetua para Bermúdez y Jara, y ocho años para Gómez como partícipe secundario de la privación ilegal coactiva seguida de muerte.