El remisero detenido el sábado como el presunto “violador de la máscara” que capturaba chicas en el barrio porteño de Villa Devoto para llevarlas en auto hasta una casa en la localidad bonaerense de Ituzaingó, abusar de ellas y luego trasladarlas de vuelta a Capital Federal, se negó hoy a declarar ante el juez de la causa y permanecerá detenido, informaron fuentes judiciales.

El imputado, identificado por las fuentes como José Luis Lombardi (61), un ex convicto que en enero recuperó la libertad luego de haber estado cumpliendo una condena de 15 años de cárcel por tres violaciones, fue trasladado hoy al Palacio de Tribunales para su indagatoria.

Lombardi estuvo hoy frente al juez de instrucción Marcelo Conlazo Zavalía, quien este año subroga el Juzgado en lo Criminal y Correccional 31, y la fiscal Cristina Caamaño, quien lo investigó desde el inició cuando se trataba de una causa con autores NN o desconocidos.

El imputado se negó a declarar por consejo de su defensa, dijeron las fuentes consultadas.

Los investigadores judiciales indicaron a Télam que por el momento a Lombardi sólo se le imputó formalmente un hecho de violación consumado cuya víctima fue una joven de 23 años, pero la fiscal Caamaño y el juez Conlazo Zavalía intentan determinar si se trata del mismo delincuente sexual que cometió con el mismo modus operandi otros tres abusos que quedaron en grado de tentativa porque las víctimas lograron escapar.

Lombardi, quien tras la indagatoria permanecerá detenido, será sometido en los próximos días a una serie de ruedas de reconocimiento tanto con la víctima de la violación concretada como con las de las tentativas. Además, se realizará una extracción de sangre para eventuales cotejos de ADN, explicaron las fuentes.

La detención fue llevada a cabo el sábado a la madrugada por efectivos de la División Delitos Contra la Salud de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires, en el domicilio del imputado, ubicado en la calle Ayolas al 2700, en la mencionada localidad del oeste del conurbano.

Los investigadores incautaron un automóvil Renault Clío bordó con el que Lombardi trabajaba como remisero y allanaron la agencia ubicada a 15 cuadras de su domicilio en búsqueda de los registros de los viajes realizados por el acusado en los últimos meses.

Según informaron los voceros a Télam, el modus operandi del violador consistía en salir a la noche a recorrer la zona de Villa Devoto, en donde buscaba como víctimas a chicas de entre 20 y 25 años, las amenazaba a punta de pistola y las obligaba a subir a su auto.

Luego, de acuerdo a lo que pudieron establecer los investigadores, les colocaba a las jóvenes una máscara de soldador para que no pudieran reconocer a dónde eran trasladadas y las llevaba a su vivienda.

Una vez en su domicilio, que se determinó que era alquilado, las llevaba a una habitación de tres por tres metros de dimensión y abusaba de ellas, siempre apuntándoles con un arma y bajo la amenaza de matar a sus familiares si no se sometían.

Una vez concretada la violación, en un modus operandi poco habitual, otra vez volvía en su vehículo a la ciudad de Buenos Aires con sus víctimas y las liberaba.

Para llegar a identificar al violador serial, un vocero del caso explicó a Télam que fue fundamental el testimonio que brindó en la fiscalía de Caamaño, la Criminal y Correccional 4, una de las mujeres abusadas, una joven de 23 años que pudo aportar con mayor precisión algunos datos del agresor sexual que no habían podido dar las otras víctimas.

La joven explicó que luego de ser raptada y llevada a un lugar que desconocía, fue trasladada hacia la pieza en donde hoy fue detenido el agresor sexual.

Allí, fue abusada sexualmente de forma anal y vaginal, luego obligada a practicarle sexo oral y también a ponerse ropa interior provista por el violador.

En este caso consumado, tras el lapso de aproximadamente cuatro horas, la chica fue llevada de nuevo a la ciudad de Buenos Aires y liberada.

Según la causa que dirigió primero la fiscal Caamaño y ahora está a cargo del juez Conlazo Zavalía, todos las hechos se concretaron desde febrero de este año hasta hace 20 días, es decir que el ex convicto empezó a cometer los abusos apenas salió de prisión.

Según contó una fuente, luego de recuperar la libertad en enero el imputado abrió una cuenta en la red social Facebook en la que la mayoría de sus contactos eran chicas jóvenes, aunque todavía no se sabe si también utilizaba esa vía para cometer delitos.

Por otra parte, según surge de la causa por la que había sido condenado, mientras estuvo en prisión trabajó, estudió, tenía 10 en conducta y no contaba con sanciones disciplinarias.

Desde 2010, además, era parte del Programa de Tratamiento para Internos Condenados por Delitos de Agresión Sexual, donde supuestamente había “evolucionado” y tomado conciencia de su accionar delictivo.