Durante la madrugada del fin de semana, en la puerta de un boliche de Palermo donde pasan música electrónica, se detuvo Alessandra por vender pastillas de éxtasis.

La joven estaba siendo investigada hace tiempo por la justicia, y su detención llegó cuando un grupo de policías de civil, mezclados entre el público que hacía la cola para entrar al local, la sorprendió en plena venta.

Una horas después de la detención, se allanó su departamento, y allí se encontró cocaína, LSD, marihuana, ketamina, cristal y más pastillas de éxtasis.

Alessandra siempre utilizaba la modalidad de vender drogas mientras hacía la fila en las fiestas electrónicas y ya era muy conocida en el ambiente.

Muchos de sus clientes, incluso con entradas VIP y acceso directo, hacían la fila como pantalla para poder hacer la transacción y luego la abandonaban.

Alessandra compraba cada pastilla a 95 pesos y la revendía a 260 pesos. Todas estas pastillas tenían formas de Mickey, Bob Esponja, Cara de Teatro, ranas, Pacman, escudos, y algunas tenían la frase “Rolls Royce”. Con los restos que iban quedando de los cortes armaba un “mezcladito” en bolsas sintéticas.

Una vez detenida, la Justicia dispuso allanar el domicilio de Alessandra en Libertad y Corrientes.

Cuando la policía llegó al lugar, en el departamento se encontraba su madre, quien no ofreció resistencia a abrir la puerta.

Según su testimonio, ella se había instalado en la casa para cuidársela enterada de que la habían detenido a su hija.

Cuando en la requisa revisaron la cartera de la señora le encontraron casi 8.000 mil pesos atados con banditas elásticas, pese a que minutos antes había declarado que tenía sólo 3 mil pesos.

La droga estaba escondida en varios lugares: una parte en un frasco grande de pollo frito, en los cajones, y otras debajo de la mesa del comedor pegada a la tabla.

Había una gran cantidad de pastillas, que luego del test, se corroboró que se trataba de MDMA (éxtasis).

También había pastillas, ketamina, marihuana, cristal, cocaína y troqueles de LSD. Entre sus pertenencias tenía también más de 60 entradas a fiestas electrónicas que su valor rondaba entre los 900 y 1200 pesos.

La madre de Alessandra comentó que la joven estaba buscando trabajo hace meses y que no sabía que su hija se dedicaba a la venta de droga.

Además dijo que si bien le gustaban las fiestas electrónicas, era fanática de los deportes y la vida sana, y que hace poco había comenzado a estudiar para ser personal trainner.

El allanamiento estuvo a cargo de la Dirección de Narcocriminalidad de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires. Interviene el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal Nº 1, a cargo de la Doctora María Inés Gambirassi.