El fiscal cierra la causa por la muerte de Nora Dalmasso y acusa al viudo Macarrón

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La causa que investiga la muerte de Nora Dalmasso, quien fue asesinada en noviembre de 2006 en su casa de la ciudad cordobesa de Río Cuarto, se encamina hacia el final más impensado.

Luego de una investigación sinuosa que llevó a tener como sospechoso a su propio hijo, el fiscal del caso Daniel Miralles se dispone a cerrar el caso y elevarlo a juicio luego de la feria judicial de invierno con un único acusado: el viudo Marcelo Macarrón.

El funcionario judicial obtuvo en las últimas horas los resultados de unas pruebas genéticas que desvinculan al empresario agropecuario Miguel Rohrer como posible autor material del hecho, ya que no se encontraron huellas genéticas de que él haya estado en la habitación donde hallaron ahorcada a Dalmasso, en su casa de Villa Golf de esa ciudad del sur cordobés.

Para el fiscal, el viudo queda como único sospechoso. “Llegó el ADN nuclear de muestras que corresponden a hisopos, cinto de la bata y recortes de sábanas y no hay presencia de Rohrer en la escena del crimen; esto nos lleva a descartarlo, por lo menos materialmente, si hablamos en términos jurídicos”, expresó el fiscal.

Rohrer, apodado El Francés, que ya había declarado como testigo en 2007, se había presentando ante Miralles en abril del año pasado para que se le extrajera una muestra de sangre para posteriores cotejos de ADN y en esa ocasión había reiterado que no tenía nada que ver con el hecho.

Ahora queda como único acusado el viudo de Dalmasso, Marcelo Macarrón, y al respecto el fiscal Miralles consideró que “la presencia genética del imputado Macarrón es muy grande en la escena del crimen”, y aclaró que “hay otros indicios que los voy a valorar oportunamente y no los puedo adelantar en este momento”.

Además, se realizará una reconstrucción del hecho en 3D, cuyo resultado para Miralles es importante porque se verá “no solo como pudo haberse movido (el asesino) sino también cómo se produjo la muerte de la víctima”.

Nora Dalmasso fue encontrada estrangulada el 25 de noviembre de 2006, en su casa del barrio residencial Villa Golf de Río Cuarto, en el sur de Córdoba, y su cuerpo semidesnudo fue hallado el día después sobre la cama de su hija Valentina, quien al igual que su padre y su hermano Facundo, no se encontraban en ese momento en la vivienda.

A lo largo de la investigación se manejaron varias hipótesis: una apuntó a un crimen durante un juego erótico, otra a un estrangulamiento durante la consumación de una relación sexual y a un homicidio cometido tras un abuso sexual.

En el marco de esas pistas estuvieron imputados el por entonces secretario de Seguridad de la provincia, Rafael Magnasco; el pintor Gastón Zárate, conocido como “El perejil”; y Facundo Macarrón, quienes finalmente fueron sobreseídos por falta de pruebas.

Luego de apartarse el primer fiscal de la causa, Javier Di Santo, el expediente quedó a cargo de Miralles, quien resolvió imputar al viudo del “homicidio calificado por el vínculo” de su esposa y le fijó una fianza de tres millones de pesos para que continúe en libertad.

Al ser indagado en 2015, Macarrón aseguró ser inocente y explicó que el ADN hallado en el cuerpo de la víctima se debía a que había mantenido relaciones sexuales con ella antes de viajar a Punta del Este.

El viudo sostiene que estaba en esa ciudad uruguaya cuando se produjo el crimen de su esposa. Sin embargo, el fiscal asegura que viajó hasta Córdoba, mató a la esposa y luego volvió a Punta del Este, donde estaba participando en un torneo de golf.

De esa manera tuvo la coartada perfecta. Pero el fiscal sostiene que Macarrón viajó en forma clandestina, ya que no hay registros de su regreso al país, para matar a su mujer y luego volver a Uruguay.