Dos motochorros intentaron copar una escuela a punta de pistola

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Si algo le faltaba al complejo cuadro de situación de la educación en Argentina, era sumar al delito como otro de sus problemas cotidianos. Está pasando en muchas localidades del conurbano bonaerense. Y también en La Plata.

El jueves pasado, dos jóvenes delincuentes ingresaron en moto y armados al playón de entrada y salida de un colegio privado ubicado en 44 y 135, donde sorprendieron a un grupo de autoridades, docentes, padres y alumnos de la primaria, al término del turno de la tarde, publica el diario El Día de La Plata.

Fue minutos después de las 17 en el colegio privado San Miguel, donde las víctimas fueron interceptadas por dos sujetos que se les acercaron en una moto. El que iba de acompañante los encañonó con un arma y les ordenó, a los gritos, que se tiraran al piso.

De esa forma pretendían tener allanado el acceso a las dependencias del establecimiento, pero no calcularon la fuerte reacción de algunos padres. Pudieron disparar, desatando un drama, o escapar. Por suerte, optaron por esto último.

Gabriel Mártire, director del nivel de enseñanza secundaria de ese colegio, estaba allí cuando pasó todo porque había ido a buscar a uno de sus hijos, que asiste a la primaria. “

Según contó ayer, una de las madres reaccionó al ver el arma y escuchar la orden de que debían tirarse al piso: “Les gritó `esto es una escuela ¿qué están haciendo? Váyanse”.

Otras víctimas se sumaron al fuerte reproche y, con el grupo fuera de control, los delincuentes decidieron que lo más prudente era emprender la retirada “sin robar a nadie”, aclaró Mártire.

Según relató el directivo, mientras se desarrollaba esa escena “las maestras entraron a los alumnos que estaban en el playón y cerraron las puertas”, para poner a los niños a salvo y evitar que los intrusos ingresaran en el edificio.

Además puntualizó que al momento del ataque había “algunas autoridades, cuatro o cinco padres y unos 15 alumnos de la primaria”. Y mencionó además que “esto pasó a las 17.10, cuando buena parte de los padres con sus hijos ya se habían ido, porque los alumnos comienzan a salir a las 17”.

Mártire admitió que “todo duró menos de un minuto, pero igual hubo mucho nerviosismo. Por suerte estos jóvenes aceptaron irse”. Mártire calculó que “tendrían entre 18 y 20 años”.

A los responsables del colegio les llamó la atención que los motochorros intentaran dar un golpe semejante a esa hora, frente a numerosos testigos y a plena luz del día.

Además, como lo señaló el propio director del nivel secundario, “enfrente del edificio están trabajando varios obreros en una obra en construcción y ni hablar de la gran cantidad de vehículos que a esa hora circulan por la avenida 520”.

Parada en el playón de ingreso al San Miguel, donde 24 horas antes ocurrió el grave incidente, la directora del nivel primario, Silvia Bulfón, opinó que el episodio fue “ocasional, al voleo, pero de mucha gravedad” y “afortunadamente no tuvo las consecuencias que temimos al ver a esos jóvenes en moto y con un arma”.

Si bien aseguró que “es la primera vez que ocurre acá un hecho de esta naturaleza”, el incidente motivó que las autoridades del establecimiento plantearan formalmente la necesidad de contar con mayor presencia policial.

Bulfón precisó que “venimos solicitando que se incluya a este colegio dentro del llamado Corredor Seguro para que haya policías en horarios clave, como las 7 de la mañana, las 12 del mediodía y las 5 de la tarde, cuando entran y salen los alumnos”. Hasta ahora, esa seguridad no existe.