Descubren que dos gendarmes y el ex juez Reynoso armaron una causa narco

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Juez Reynoso

“Hola Daniel. Te adjunto el posible texto de la denuncia anónima que enviaremos por e-mail para comenzar el trabajo (…). Evalualo con el Dr. Reynoso”. El párrafo pertenece a un e-mail enviado por el comandante de Gendarmería Favio Benegas a su colega Daniel Ricardo Castillo el miércoles 16 de septiembre de 2009. En el mensaje, el gendarme hace referencia a lo que, poco después, se convertiría en el origen de la causa 970/09 contra el narco Claudio “Gallo” Andrada (también conocido como “Piturro”) y uno de sus choferes, iniciada en el juzgado federal de Orán, por entonces a cargo del hoy suspendido (y preso) juez federal Raúl Reynoso.

El documento fue secuestrado el martes 23 de mayo en las oficinas de Inteligencia de la Unidad Especial de Investigaciones y Procedimientos Judiciales (Uesprojud) que tiene Gendarmería en la ciudad de Orán. El hallazgo de la falsa denuncia anónima puso en peligro el juicio oral que la Justicia de Salta lleva adelante contra Andrada y 16 personas más.

Luego de que estallara el escándalo post allanamiento, la defensa de los procesados pidió la nulidad de todo lo actuado, cuestión que se resolverá este martes y afecta directamente a dos decomisos de casi una tonelada y media de cocaína.

El allanamiento a la Uesprojud fue pedido por el fiscal del juicio Carlos Amad y su par Fernando Snopek, y ordenado por el tribunal oral federal de Salta que juzga a “Gallo”, también conocido como “Piturro”, luego del contradictorio testimonio de un gendarme en una de las audiencias.

“No supo explicar cómo se había iniciado la investigación de la causa 970, se enredó asegurando que hicieron cruces de teléfonos con el Proyecto X (un programa de espionaje de Gendarmería denunciado por organismos de derechos humanos) y, para tratar de arreglarla, agregó que toda la documentación complementaria la tenía en una carpeta en la Uesprojud que él y sus compañeros habían estudiado en días anteriores al inicio del juicio”, contaron fuentes del caso.

“También pensé en hacer un escrito para que vos lo presentes con tu firma, como obtenido de un análisis… pero a futuro nos pueden objetar de donde obtuvimos los números telefónicos, que son muy precisos… quiza la fuente de donde provienen sea el origen de una futura nulidad… a un anonimo nadie lo objeta”, le dice Benegas a Castillo en el correo electrónico secuestrado y le manda por adjunto la denuncia anónima que él preparó.

Benegas logró armar la causa pero sus predicciones no se cumplieron ya que ahora precisamente lo que está en juego es la nulidad o no de la investigación, no sólo de la causa 970/09 de Orán, sino otras dos contra Andrada que Reynoso logró absorber para su juzgado.

En total, el debate a cargo del Tribunal Oral Federal de Salta reúne las pruebas de tres expedientes iniciados, de forma independientemente, en Orán (2009), Mercedes (2012 ) y San Isidro(2013).

Curiosamente el de Orán es el caso menos importante y Reynoso -preso desde el 1 de mayo de 2016 por favorecer a narcotraficantes- sólo lo activó cada vez que en otra jurisdicción otro juez apuntaba a Andrada.

En la causa de Orán apenas se secuestraron 0,005 kilos de cocaína (restos en el fondo de un camión) contra 841 kilos decomisados en Mercedes por el juez federal Héctor Rubén Echave y 583 kilos secuestrados por Sandra Arroyo Salgado en San Isidro.

Pese a esto, Reynoso logró concentrar las tres investigaciones en Orán argumentando que su expediente era el más antiguo. En la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar) creen que, tal como lo hizo en otros casos, Reynoso promovía expedientes para luego hacer “arreglos” con los narcos.

Pero la falsa denuncia anónima secuestrada en Orán es sólo una parte de las irregularidades detectadas en el allanamiento a la Uesprojud. Tal vez más grave aún sea una serie de fotografías y coordenadas de pistas clandestinas ubicadas en la provincia de Santiago del Estero. Éstas estaban perfectamente documentadas pero jamás fueron volcadas en el expediente.

Una de esas pistas está ubicada en el campo del padre de un famoso piloto de carreras.

Escándalo por todos lados, con un detalle particular: de acuerdo con fuentes judiciales, del 2009 a la fecha los dos gendarmes que aparecen en el mail armando la denuncia anónima no pararon de ascender en sus carreras y hasta llegaron a ocupar puestos de importancia en la División Antidrogas de la Gendarmería.