Lunes de lluvia. El reloj marcaba las 17.20 cuando Mateo Tello Reynoso, de 17 años, salió de su casa de Beccar, en San Isidro, para ir a tomar clases de piano. Cuando comenzó a caminar nunca imaginó que su vida iba a correr peligro. No había dado muchos pasos cuando se acercó un automóvil para preguntarle cómo salir hacia la ciudad de Buenos Aires. Él, con amabilidad, comenzó la explicación. Pero de pronto, dos hombres se bajaron, lo redujeron y lo subieron al vehículo. El adolescente trató de resistirse. Era el principio de un violento secuestro que derivó en el robo en su casa y en una farmacia antes de terminar 40 minutos después con un tiroteo y un delincuente herido. La víctima fue liberada sana y salva.
El hecho, que conmocionó a los vecinos de San Isidro después de que se viralizara un audio de WhatsApps con el relato de la víctima, ocurrió ayer según confirmó la madre del adolescente, Ayelén Reynoso y fuentes policiales.
Como se consignó, todo comenzó cuando el adolescente, estudiante del sexto año del colegio Los Molinos, en Vicente López, salió de su casa en Rodó y Mosconi, en Beccar, San Isidro, para ir a una clase de piano, publica el diario La Nación. No llegó a caminar mucho cuando el conductor de un automóvil Honda Civic azul le preguntó cómo salir hacia la ciudad de Buenos Aires.
“Yo estaba relajado. Cuando le estaba explicando, saltan dos pibes del auto y me agarran. Empecé a patalear, a gritar y a llorar. Me pegué un cagazo [sic] terrible. Me meten en el auto y me empiezan a preguntar dónde estaba mi casa y me decían que me iban a matar. Yo lloraba mal”, recordó Tello Reynoso, según el audio que circuló por las redes sociales.
En el momento que lo interceptaron, el adolescente estaba a una cuadra de la casa. Cuando lo subieron al auto, le ataron las manos y los pies con precintos plásticos. Dos de los ladrones se bajaron del vehículo y fueron a la vivienda de la víctima.
“Entraron en mi casa con las llaves de mi hijo. Yo me acerqué a la puerta pensando que era mi marido que volvía de trabajar. Pero eran dos delincuentes armados”, recordó Reynoso, que en ese momento estaba con sus otros hijos de 13 y 9 años.
“Dame todo que tenemos a tu hijo”, fue una de las primeras cosas que le dijeron los ladrones a la madre del adolescente. Después le pegaron una cachetada.
“Mamá dale todo porque me quieren llevar”, le decía a los llantos el estudiante a su madre por medio de un equipo de walkie-talkie que tenían los delincuentes. “Fueron como 40 minutos, pero para mí fue una eternidad”, afirmó la mujer.
Los ladrones descubrieron que Reynoso tiene una farmacia a menos de 500 metros de la casa y decidieron ir hacia allí. Dejaron encerrada en un baño a la mujer y a sus hijos, y fueron a la farmacia a buscar más dinero. “Pero no había mucho en la caja. No más de 1000 pesos”, afirmó Deborah, la empleada que estaba en el negocio cuando llegaron los ladrones.
Cuando los delincuentes se fueron de su casa, la farmacéutica logró desatarse y se comunicó con su marido. “Ubica a Mateo”, fue lo primero que pudo decirle. La familia también llamó a la policía.
Cuando llegaron a la farmacia tampoco se conformaron con el dinero de la caja. “No sé si llegaron a robar algo del negocio porque de pronto llegó una camioneta de la policía y mi papá en su auto atrás. Empiezan a salir policías de todos lados y arranca una persecución. Yo estaba atrás llorando a más no poder. Hubo una persecución y se meten en una villa y se bajan del auto, y empiezan a dispararle a la policía”, contó en el audio la víctima.
Según fuentes policiales, uno de los delincuentes fue herido en el tiroteo y quedó detenido.