Ordenan la detención de una comisario inspector por cobrar coimas a comerciantes

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La justicia ordenó la detención de una comisario inspector de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires acusada de cobrar coimas a empresarios y comerciantes de los barrios de Núñez y Saavedra a cambio de una “seguridad privilegiada”.

Se trata de Susana Aveni, quien actualmente presta servicio en la Superintendencia de Coordinación y Planificación del Desarrollo Policial. En las últimas horas la justicia allanó su domicilio y detuvo a la comisario, quien en las próximas horas será indagada por la Justicia.

Según surge del expediente, los integrantes de la brigada de la seccional 35, por orden del comisario Norberto Villareal, cobraban dinero a comerciantes y a empresarios de Núñez y de Saavedra a cambio de “seguridad privilegiada” y también extorsionaban a “trapitos”.

Por ese motivo, el juez detuvo y luego procesó con prisión preventiva en noviembre último al sargento primero Adrián Otero, al cabo Alejandro Malfetano, al sargento Sergio Ríos y al suboficial escribiente Marciano Quiroga por “asociación ilícita”, mientras que el comisario Villareal todavía continúa prófugo.

Para el juez Farías, todos los policías “organizaron una asociación que funcionaba paralelamente a la estructura de la seccional 35, con jurisdicción en los barrios de Núñez y Saavedra, para llevar adelante una pluralidad de planes delictivos con el objeto de percibir dinero indebidamente”.

“El comisario Villarreal, de momento prófugo, habría tenido un rol protagónico en esta organización ilícita, pues ejercía el mando sobre los restantes miembros de la asociación, de quienes recibía obediencia”, sostuvo el juez en aquella resolución.

Entre las pruebas principales contra los uniformados, se encuentra documentación secuestrada en varios comercios de la zona como comprobantes de aportes a la
“Asociación Amigos de la Comisaría 35”, que habría sido una de las formas de canalizar las coimas.

En la resolución, Ríos y Quiroga fueron señalados como los “cobradores” y en uno de los allanamientos a la comisaría se secuestró un cuaderno en el que aparentemente estaba asignada en forma disimulada la cantidad de dinero que se repartían entre los policías.