Santiago Corona, detenido como presunto autor intelectual del crimen de su suegro, el empresario de la construcción Roberto Fernández Montes, se negó a declarar al ser indagado hoy nuevamente por el juez de causa, quien reformuló la imputación y lo acusó de haber cometido el asesinato en Caballito junto al carnicero que aún está prófugo, informaron fuentes judiciales.

El acusado fue trasladado al Palacio de Tribunales y esta mañana en el Juzgado de Instrucción 6 prefirió, por segunda vez desde que fue detenido, no declarar en la ampliación de su declaración indagatoria ante el juez Hernán Martín López.

El magistrado tuvo que reformular el hecho que se le imputa a Corona (34), ya que cuando fue detenido lo interrogó como acusado de haber matado a su suegro junto al mecánico Ricardo Arce López a-ayer liberado por falta de mérito-, y ahora se le atribuye haber cometido el crimen con el carnicero paraguayo prófugo, Pedro Ramón Ferrnández Torres (50)

Luego de esta diligencia, el juez López tiene previsto resolver en los próximos días la situación procesal del yerno del empresario, según detallaron las fuentes.

Ayer por la tarde, el mecánico Arce López, quien se encontraba detenido por el crimen de Fernández Montes, cometido el 21 de enero en el barrio porteño de Caballito, fue liberado, aunque seguirá siendo investigado en la causa,.

El juez le dictó una “falta de mérito” porque entendió que no hay pruebas necesarias para mantenerlo preso como autor del homicidio.

Sin embargo, el magistrado no descartaba que Arce López (43) haya tenido otra participación en el hecho, por ejemplo como encubridor.

Fernández Montes (67), nacido en España, era el dueño de la empresa “Mini Vial”, dedicada a la venta y alquiler de maquinaria para la construcción, y residía con una de sus hijas en un edificio situado en Aranguren 36, de Caballito.

La última vez que el empresario fue visto con vida fue el sábado 21 de enero, cuando salió de dicho edificio para ir a su trabajo a las 8.42 y regresó a las 12.09, de acuerdo a lo que registraron las cámaras de seguridad del inmueble.

La clave para esclarecer el caso estuvo en esas cámaras, que fueron revisadas y aportadas a los investigadores por Giselle (32), la hija menor de la víctima, donde se observa cómo el presunto asesino, que sería Fernández Torres, ingresó al edificio, esperó tres horas la llegada del empresario y luego bajó el cadáver del hombre junto con quien fuera identificado como Corona.

El cuerpo fue cargado en el baúl del auto que usaba la víctima, un Suzuki Fun negro, que fue encontrado incendiado en Esteban Echeverría, mientras que el cadáver calcinado fue hallado al día siguiente en Cañuelas.

La principal hipótesis es que el crimen estuvo ligado a que Corona quería evitar que la víctima lo denunciara porque había descubierto que lo había estafado en más de un millón de pesos mientras trabajaba para él.