Sospechan de una red narco en la masacre de Florencio Varela

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Fuente La Nación

La investigación por la masacre de Florencio Varela puso al descubierto una oscura sospecha: que un grupo de mayores captaba a adolescentes como “pasadoras de droga” en los boliches de la zona. De acuerdo con la hipótesis de los familiares de dos de las cuatro chicas baleadas el sábado pasado, Luis Weiman, detenido por su presunta responsabilidad en el crimen, habría utilizado a las menores como “mulas”.

Testigos aportados por las querellas señalaron que Weiman habría contado con la ayuda de un cómplice. Según Ismael Barrientos, padre de Sabrina -una de las dos chicas asesinadas-, este último tendría protección policial.

Esa banda que opera en los boliches situados en el eje de la avenida Calchaquí, entre Quilmes y Florencio Varela, tendría la complicidad de policías provinciales. Uno de ellos trabajaría en la comisaría 3° de ese partido, situada a cinco cuadras de la esquina de Senzabello y Los Andes, donde fueron asesinadas Denise Juárez, de 17 años y Sabrina Barrientos, 16 años. Las otras dos menores heridas allí -Magalí, de 16, y Némesis, de 15- siguen graves e internadas.

Los investigadores siguen dos pistas. Una apunta a la denominada “banda de los Adrián” y otra línea lleva hacia la figura de Luis Esteban Weiman, de 36 años, que trabaja como custodio en varios boliches de la zona y fue el primer detenido del caso.

Ayer hubo cinco allanamientos en el contexto de la pista que tiene como eje a la “banda de los Adrián”. Los procedimientos se hicieron en Florencio Varela y en Quilmes, en domicilios que pertenecen a dos sospechosos conocidos justamente como “Adrián”.

Uno de ellos fue notificado de que existe una investigación en su contra y el otro quedó detenido, aunque no por la masacre, sino porque tenía una pistola Bersa calibre 9 milímetros -el mismo usado para concretar la masacre del sábado pasado- que tenía un pedido de secuestro activo porque había sido robada el 6 de junio del año pasado en La Plata.

Los sospechosos fueron identificados como Adrián Abraham, de 31 años, y Maximiliano Adrián Mansilla. Al primero sólo lo notificaron de la existencia de una investigación en su contra, debido a que aparece en el listado de “amigos” de los perfiles de Facebook de dos de las chicas baleadas.

A Mansilla, además de aquella arma robada, le secuestraron un handy, una gorra de policía y 25 cartuchos calibre 9 mm.

Fuentes judiciales informaron que el lunes próximo se realizará una rueda de reconocimiento en la que los imputados serán expuestos ante los testigos para ver si los reconocen como partícipes en el crimen. Hasta anoche, los peritos no habían establecido aún si la pistola secuestrada en la casa de Maximiliano Adrián Mansilla había sido utilizada para concretar la masacre.

Mientras tanto, los investigadores policiales trabajaban para confirmar lo que sostienen los familiares de las víctimas: que uno de los “Adrián” y Weiman se conocerían y formarían parte de una red que se dedica a llevar a chicas a los boliches para que “pasen” estupefacientes.

“A las chicas las usaban para entrar drogas en los boliches. A cambio les daban plata, tragos y regalos. Acá hay mucha gente involucrada. Esto lo saben los vecinos. Muchas personas me aportaron datos sobre el sospechoso Adrián y sus vínculos con el primer detenido [Weiman]. Yo pongo la cara porque no tengo miedo. Mataron a mi hija y no voy a parar hasta que vayan todos presos. Pero hay mucha gente que sabe todo lo que hacían con las chicas, aunque no quieren declarar porque tienen miedo y entonces me lo cuentan a mí”, dijo Ismael en la puerta de la fiscalía de Florencio Varela.

Lo que al principio de la investigación parecía un doble femicidio motivado en que una de las chicas habría cortado una relación con Weiman -y éste, tras un periodo de acoso, se habría vengado con el crimen-, se transformó en una trama con dealers que usan menores para introducir y vender droga en los boliches.

El padre de Sabrina pidió seguridad para su familia. “Acá viven la madre y otros hijos míos y tengo miedo de que los mismos que la mataron vayan por ellos. Así que solicito que les garanticen que no les pasará nada”, agregó Ismael.

Julio Torrada, abogado que representa a Susana, la madre de Magalí, dijo que hay testigos que afirman que Weiman estuvo en mismo boliche que las chicas momentos antes de la masacre.

El letrado afirmó que Magalí había sido amenazada por Weiman. Su relato coincide con lo que dijo el padre de Sabrina con respecto a que su hija había recibido mensajes intimidatorios. Lo mismo había declarado Ricardo Sebastián Juárez, el tío de Denise.

El hecho de que los testigos ubiquen a Weiman cerca de la escena de la masacre, horas antes del ataque, da sustento al denominado “indicio de oportunidad” que sería utilizado en los fundamento de un eventual