Una joven de 24 años había llegado a una sala de primeros auxilios de Moreno con su nena en brazos, con la excusa de haberle dado la mamadera y que, por eso, se le había muerto en la cuna, pero la autopsia reveló que la chiquita murió por los golpes que recibió en el estómago y en el pecho, según revelaron fuentes judiciales.
Gisela Coronel le mintió a los médicos para no admitir que asesinó a su propia hija, Maia Ludmila Scarioni. Los forenses concluyeron, después de la autopsia, que la nena murió por una serie de golpes que recibió en la panza y cerca del corazón.
La comisaría octava de Moreno y su equipo de criminología descubrió que la menor era maltratada constantemente por su mamá, que sufrió una hemorragia interna y una infección y que, finalmente, murió por un paro cardiorrespiratorio.
La mujer había llevado el cuerpo de su nena sin vida a la Sala de Primeros Auxilios de Juan de la Cierva y Paraguay, en Moreno. Finalmente, quedó detenida por “homicidio agravado”.