Indagan al jefe de policía porteño por la fuga de un barra de Boca

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En enero pasado, parte de la Policía Federal fue traspasada a la órbita del gobierno porteño. El ministro de Justicia y Seguridad porteño, Martín Ocampo, eligió entonces jefe de la fuerza al comisario general Guillermo Calviño. Siete meses después, el número uno de la ahora llamada policía de la ciudad fue citado a prestar declaración indagatoria por un encubrimiento agravado: un fiscal federal sospecha que un barrabrava de Boca sobre el que pesaba una orden de captura por un secuestro extorsivo logró escapar de un procedimiento en la Bombonera, en pleno partido por la Copa Libertadores, con complicidad policial y de empleados del club.

Así lo informaron al diario La Nación calificadas fuentes judiciales. Calviño será indagado mañana por el fiscal federal de Tres de Febrero, Paul Starc. El representante del Ministerio Público y la jueza federal de San Martín Alicia Vence investigan un caso de secuestro extorsivo ocurrido en abril de 2015 en Ciudadela en el que habría participado el barrabrava de Boca Maximiliano Oetinger, conocido por sus compañeros de paraavalanchas como “Mey”, un hombre que ya cuenta con antecedentes penales.

Un día después será indagado un comisario inspector de apellido Ponce, que era la máxima autoridad policial en la cancha de Boca la noche del 19 de mayo pasado, cuando el sospechoso logró escapar al término del partido en el que el club de la Ribera definió su pase a la semifinal del torneo continental con Nacional, de Uruguay, según explicaron las fuentes consultadas.

Tal como surge del expediente judicial, “como Oetinger ocupa un lugar de privilegio en el paraavalanchas de La 12, se intentó aprovechar una oportunidad de su segura presencia en un partido para detenerlo”. El plan era apresar al sospechoso el 19 de mayo pasado. Detectives de la división antisecuestros de la Policía Federal Argentina (PFA) habían ido a detenerlo; los encargados del dispositivo de seguridad por el evento sugirieron realizar la aprehensión durante la desconcentración de la barra brava, al final del encuentro que Boca ganó por penales, en una de las puertas del estadio.

Pero “Mey” logró, insólitamente, evadir a los oficiales de antisecuestros. Starc sospecha que Oetinger habría contado con la complicidad de sus compañeros de tribuna, de empleados del club e incluso de jerarcas y uniformados de la fuerza de seguridad porteña para salir de la cancha sin problemas.

“Lo que sucedió en el estadio de Boca es muy grave. Dejó en evidencia la connivencia entre el poder político, las fuerzas de seguridad y las barras bravas”, sostuvo una calificada fuente judicial que investiga el secuestro extorsivo por el que está acusado Oetinger.