Un cazador fue asesinado y otro resultó herido tras ser atacados a balazos en un camino rural en inmediaciones de la localidad pampeana Lonquimay, y por el hecho detuvieron a dos policías, informaron hoy fuentes judiciales.

La víctima fatal fue identificada por la Justicia como Héctor Santiago Garialdi (38), mientras que el herido es Andrés Casabonne (46), quien esta tarde permanecía internado con un balazo en un glúteo.

Según las fuentes, el hecho ocurrió alrededor de las 21 de anoche en un camino rural cercano a Lonquimay, en el departamento de Catriló, en el este de La Pampa, cerca del límite con la provincia de Buenos Aires, donde Garialdi y Casabonne, ambos oriundos de General Pico, iban a bordo de una camioneta Ford F-100 color gris y patente AWC 070, junto a otros dos cazadores.

De acuerdo a familiares de las víctimas, que junto a vecinos de la zona se manifestaron luego del confuso hecho frente al Hospital de Lonquimay en reclamo de Justicia, este grupo había salido a cazar liebres para luego venderlas a unos 40 pesos.

El fiscal general de La Pampa, Guillermo Sancho, contó a la prensa que los cazadores “iban en dirección norte-sur y cuando llegaron a la intersección con una calle que hace una ‘T’ había un móvil policial estacionado de la mano izquierda y, al parecer, los dos policías del patrullero estaban afuera del mismo”.

“Y cuando pasaron los cazadores, los dos o uno (en referencia a los policías) habrían efectuado los disparos hacia la camioneta que iba circulando”, indicó el funcionario judicial.

Las fuentes señalaron que Garialdi, quien iba en la torreta de la camioneta, donde habitualmente se ubica el tirador junto al que manejaba el reflector, recibió un tiro en la cabeza y otro balazo ingresó por la puerta del conductor e hirió a Casabonne en un glúteo, por lo que ambos fueron trasladados por sus otros dos compañeros al hospital local donde se constató la muerte del primero de los heridos.

Los voceros señalaron que la camioneta, que pertenece al cazador Mario Arroyo y tiene vidrios polarizados, recibió un tercer impacto de bala en su carrocería.

Luego del hecho, en la escena del crimen fueron detenidos los dos policías que fueron indagados hoy por la Justicia y quedaron acusados de “homicidio agravado” por resultar miembros de una fuerza de seguridad.

Los peritos secuestraron en el lugar vainas servidas 9 milímetros -mismo calibre que las armas reglamentarias de los policías- y también “miguelitos” que, según los cazadores, habían sido arrojados por los propios efectivos.

Si bien en un primer momento trascendió la versión de un enfrentamiento entre cazadores furtivos y policías rurales que procuran prevenir la caza en predios privados, la misma quedó prácticamente descartada ya que uno de los ocupantes de la camioneta baleada dijo que los efectivos nunca prendieron las balizas de la patrulla y les pincharon las ruedas.

De hecho, los cazadores debieron dirigirse solos y en llanta por el camino rural hasta el hospital de Lonquimay ya que los policías los abandonaron en el lugar del hecho.

En tanto, al ver que se producía una manifestación frente al centro asistencial, autoridades del Ministerio de Seguridad y de la Policía de La Pampa se trasladaron al lugar y convocaron refuerzos para prevenir incidentes.

En esas circunstancias fue que el fiscal general Sancho estuvo presente en la escena del crimen junto a los fiscales María Cecilia Martiní, quien quedó a cargo de la causa, y Oscar Cazenave.

Los peritos de la División Criminalística secuestraron la camioneta y las carabinas de los cazadores y las armas y el móvil de los policías.

De acuerdo a los primeros peritajes, el patrullero no presentaba impactos de bala aunque sí una marca en un parante que se cree fue producto de un supuesto choque.