Dictan preventiva para el suboficial del Ejército que habría encargado el crimen de su ex mujer

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El juez de Garantí­as de San Martí­n Mariano Porto dictó la prisión preventiva de un militar por haber encargado el crimen de su ex esposa, Liliana Gotardo, asesinada el 22 de octubre de cuatro balazos por un hombre que le disparó y luego huyó en moto, cuando salí­a de su peluquerí­a en la localidad bonaerense de San Miguel.

Fuentes judiciales informaron que Rodolfo Maguna (46) continuará detenido como imputado de los delitos de “femicidio, homicidio agravado por el ví­nculo y por precio o promesa remunerativa, todos agravados por el uso de arma de fuego”.

El juez resolvió la situación procesal del imputado a pedido del titular de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 19 descentralizada de Malvinas Argentinas, Ricardo Romero, que entendió que había elementos suficientes para imputarle el crimen de Gotardo (51).

Para el fiscal, el suboficial principal Maguna que prestaba servicios en la Agrupación Aviación de Ejército 601 contrató a dos sicarios, a quienes les pagó para que mataran a su ex esposa, por la conflictiva separación que atravesaban.

Los hombres no fueron detenidos, aunque se sospecha que tenían una relación cercana con Maguna desde antes, dijo una fuente judicial.

El hecho investigado ocurrió a las 19 del 22 de octubre, en Paunero al 1700 de San Miguel, cuando la ví­ctima, correntina, cerró su peluquerí­a, “Carily”, y junto a su empleada cruzó la calle para abrir el portón de un garaje donde habitualmente guardaba su camioneta Ford Ranger.

De acuerdo al relato de su empleada, mientras Gotardo se hallaba de espaldas, apareció un hombre armado y a cara descubierta.

En ese momento, el agresor la dio vuelta para corroborar que se tratase de ella y sin mediar palabra le disparó cuatro balazos a menos de 50 centí­metros con una pistola calibre 9 milí­metros, tras lo cual corrió hacia la esquina y se subió a una moto en la cual lo esperaba un cómplice, con el que huyó.

Los videos aportados por el municipio local mostraron que la moto, con el conductor y su acompañante con los cascos colocados, ingresó a la zona por la calle Italia, dobló en Paunero y estuvo merodeando a una cuadra del lugar del hecho hasta minutos antes de que se cometiera el crimen.

Una cámara ubicada en la esquina de Paunero y Tribulato registró el momento en que la ví­ctima y la empleada cruzaron la calle y a los pocos segundos la reacción de los vecinos ante la seguidilla de disparos y la fuga del asesino, que llevaba puesta una mochila.

La mujer malherida fue trasladada de inmediato al hospital Larcade, pero murió poco después como consecuencia de las heridas.

En tanto, la Policí­a comenzó a investigar el hecho y determinó que Gotardo se habí­a separado hací­a dos meses de su marido, Maguna, con quien mantení­a una mala relación.

Semanas antes del femicidio, la mujer hizo una exposición civil para dejar constancia de la separación, aunque no una denuncia formal por malos tratos.

De todas formas, familiares y amigos de la ví­ctima declararon que la mujer sufrí­a reiteradas agresiones fí­sicas y amenazas debido a los celos enfermizos del ex esposo, quien la controlaba de manera permanente, incluso con un GPS que le permití­a escuchar sus conversaciones cuando ella estaba en su camioneta.

Maguna fue detenido la misma noche del crimen en el hogar conyugal, donde vivía con su hija de 19 años, fruto de su matrimonio con la víctima, y allí se secuestraron teléfonos y computadoras que aportaron elementos de interés parala causa.

Después de 25 años de convivencia, el matrimonio habí­a adquirido varias propiedades en Corrientes, en San Miguel y tení­an dos vehículos, por lo cual habí­a serias diferencias en la división de bienes.