El hecho ocurrió alrededor de las 17 de este lunes, aunque fue descubierto tres horas más tarde en un departamento del quinto piso de un edificio ubicado sobre la avenida Luis María Campos 831, entre el pasaje Volta y Jorge Newbery, perteneciente a Tatiana Konovnitzine, una jubilada de 79 años que vivía sola.
De acuerdo a las fuentes, todo comenzó cuando una mujer que trabaja en ese domicilio como cuidadora de la fallecida, quien se identificó con el nombre Milagros, se presentó en la sede de la Anexo de la Comisaría Vecinal 13B de la Policía de la Ciudad.
Allí, denunció que horas antes había ido a cumplir con su trabajo y se había encontrado en ese domicilio con un hombre que mantenía maniatada y reducida a su empleadora.
Según la versión de esta mujer, el delincuente, mayor de edad, de 1,70 metros de estatura y que vestía remera blanca y llevaba guantes, la redujo también a ella por un lapso de 40 minutos, hasta que le permitió retirarse del lugar.
De acuerdo con la empleada, por el estado de nerviosismo que se encontraba, primero fue a su domicilio en la calle Fray Justo Santa María de Oro al 2400 de Palermo, a unas quince cuadras de donde cumple su tarea, y recién después hizo la denuncia policial.
A partir de sus dichos de Milagros, quien también dijo ser amiga de la víctima, personal policial de la Comisaría Vecinal 14B, con jurisdicción en Las Cañitas, concurrió al departamento de la avenida Luis María Campos y allí encontró muerta a la propietaria, tendida en el suelo en la zona del comedor y con una almohada que le cubría el rostro.
Al lugar arribó una ambulancia del SAME cuyo personal médico constató el fallecimiento de Konovnitzine.
Por otro lado, la policía ya cuenta con los registros de las 9 cámaras de seguridad con las que cuenta el edificio, en una de las cuales se pudo observar que a las 16.18 la víctima salió a pasear a su perro y regresó 12 minutos más tarde.
Además, los investigadores pudieron determinar que un sospechoso salió del edificio a las 17.42 con varios bolsos colgados, a la vez que contaba con un casco de moto que le permitió ocultar su rostro de las cámaras.
“Tenemos un largo trabajo de análisis de imágenes de cámaras de seguridad, no solo del edificio sino también de otros edificios de la zona y municipales”, dijo a Télam un investigador que trabajó en la escena del crimen.
Por su parte, el encargado del edificio, Sergio, explicó a la prensa que se cruzó por última vez a la víctima cerca de las 16 cuando estaba con su mascota.
“Después de encontrármela, me pidió un recibo de expensas. Subí al quinto, no me contestó y le tiré el recibo por debajo de la puerta, a las 19.15. La policía llega a las 20.10. Ella no contestaba. Tuvimos que esperar a su cuidadora porque tenía las llaves del departamento. Ahí nos encontramos con la señora tirada en el piso”, relató Sergio en diálogo con C5N.
En ese sentido, el encargado señaló que ingresó al departamento junto a los efectivos policiales y vio que la mujer tenía “una almohada de 50 por 70 centímetros” en su cara, a la vez que notó que tenía “la boca y la punta de los dedos hinchados con color morado”.
A su vez, Sergio afirmó que, a simple vista, él no notó en el departamento ningún faltante.
“Estaba todo, la netbook, la tele. Si le robaron algo, desconozco”, afirmó el hombre, quien aseguró que “nunca hubo un robo” en los 14 años que lleva trabajando en el inmueble.
Sin embargo, las imágenes de la cámara de seguridad que apunta a lo que es el hall del edificio registró el momento en el que un hombre que llevaba el rostro cubierto con un casco bajaba por las escaleras velozmente y que llevaba bolsos en sus manos.
Los investigadores determinaron que la puerta de ingreso tiene una traba electrónica, es decir que el homicida logró ingresar porque tenía en su poder el clip con el que se habilita el acceso, o bien entró al edificio junto a otro vecino.
En cuanto a la cuidadora de Tatiana, el encargado del edificio señaló que “se la veía siempre” y que en el último tiempo “venía a hacerle curaciones a la señora” ya que se había operado hace un mes de la espalda.
“No aparenta ser mala persona. No creo que esté involucrada. Para mí alguien se metió, pero no tengo la más remota idea de cómo lo hizo”, admitió.
Por último, el encargado contó que la víctima vivía en ese domicilio “hacía seis años” y que “no solía recibir visitas”.
Las fuentes de la investigación aseguraron a Télam que Konovnitzine no tenía pareja y que si bien tenía un hijo, las fuentes que declararon en el marco de la causa, dijeron que la relación no era frecuente y que no la visitaba.
El caso, por el que aún no hay detenidos, es investigado por la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional 50, a cargo del fiscal Edgardo Orfila, quien ya puso a trabajar en la pesquisa a los detectives de la División Homicidios de la Policía de la Ciudad y aguardaba para esta tarde un informe preliminar de la autopsia para establecer las causas de la muerte.