Al mago lo mataron a golpes en el living y lo arrastraron hasta el baño

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El mago Leonardo Fernández y su pareja Jéssica Alberti Cigola fueron asesinados a las 23.30 del jueves pasado, es decir casi 23 horas después de haber ingresado al departamento de San Fernando donde fueron hallados sus cadáveres, según la data de muerte fijada en la autopsia, informaron fuentes judiciales.

En el caso de Fernandez (53), la causa de muerte fue una “lesión neurológica central por hemorragia intracraneana secundaria a trauma grave de cráneo generado mediante el empleo de un elemento contundente”.

El médico forense que hizo la autopsia y estuvo también en la escena del crimen, el departamento 2do. A de la calle 25 de Mayo 1147, de San Fernando, determinó que al mago “Alex” -tal como se hacía llamar-, lo mataron a golpes en el living de la vivienda y luego lo arrastraron hasta el baño, donde fue hallado el cadáver.

El arma homicida en este caso se cree que es un caño industrial con un bulón en la punta que fue hallado en la cama de la habitación donde apareció el cadáver de Alberti, junto a la cuchilla de cocina ensangrentada que usaron para asesinar a la chica.

“Estaban las dos armas homicidas sobre el colchón de la cama. Una al lado de la otra. El mago tiene en la cabeza dos lesiones figuradas idénticas que coinciden con la punta de ese caño, es decir, que le aplicaron dos golpes y le dejaron la forma de ese bulón en los dos sitios donde le fracturaron la cabeza”, contó a Télam una fuente judicial con acceso a la autopsia.

Además, en la punta del bulón había cabellos ensangrentados que serán peritados y podrían pertenecer al mago.

En el caso de Alberti Cigola, los forenses establecieron como causa de muerte un “shock hipovolémico secundario a lesión vascular cervical por herida de arma blanca en su cuello así como otras lesiones de gravedad circundantes a la mencionada”.

Las fuentes aclararon que son tres las puñaladas que la joven recibió en la zona del cuello, pero sólo una de ellas, la que le cortó la arteria aorta y provocó que sus pulmones se llenaran de sangre, fue la mortal.

Además, la mujer tenía varios golpes en el rostro, uno de los cuales le provocó el estallido del globo ocular izquierdo, según precisaron las fuentes.

El cadáver de Alberti Cugola fue hallado en el umbral de la puerta de la habitación, junto a la cama donde fueron secuestradas las armas homicidas y se cree que allí fue asesinada.

En su caso, los forenses le informaron al fiscal de la causa, Alejandro Musso, que no encontraron ningún tipo de lesión o signo de abuso sexual.

Si bien los cadáveres no tenía a simple vista marcas de ataduras -algo que después podría aparecer con las pericias complementarias-, sobre la cama se hallaron cables que podrían haber sido utilizados para tenerlos maniatados.

Los expertos del cuerpo médico de San Isidro también encontraron en ambas víctimas “lesiones de defensa”, es decir, que se cubrieron e intentaron parar los primeros golpes.

Uno de los detenidos, Rubén Andrés Grasso (37), al ser revisado por los médicos policiales también tenía lesiones de defensa, arañazos y cortes en sus manos que podrían comprometerlo en la causa.