El pediatra del Garrahan no puede salir de su casa, pero tiene internet libre

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Ricardo Russo (56), el ex pediatra del Hospital Garrahan que está acusado por pedofilia, ingresó a la cárcel de Ezeiza con un paquete de restricciones estrictas e inéditas. Es que no solo le prohibieron el uso de tecnología –algo que no está permitido en el ámbito carcelario–, sino que además no lo dejaron mantener conversaciones privadas con sus familiares. Así pasó los primeros cuarenta días de encierro. Pero desde el sábado 7 de septiembre duerme en su casa del barrio porteño de Núñez con un solo veto: no puede salir a la calle.

El ex jefe de Inmunología y Reumatología del prestigioso centro de salud permanece bajo el régimen de arresto domiciliario, acompañado de su esposa y sus dos hijos, pero sin ningún tipo de prohibiciones, más allá de los límites físicos que impone el uso de la tobillera electrónica. Por ejemplo, tiene acceso a internet sin condicionamientos, puede entrar a sus cuentas de mails y descargar cualquier tipo de archivo, según publica perfil.com.

Desde la fiscalía especializada en Delitos Informáticos de la Ciudad de Buenos Aires, a cargo de Daniela Dupuy, indicaron que pidieron “una restricción” pero la Sala III de la Cámara de Apelaciones porteña rechazó el planteo. Apenas dejó la cárcel Russo cerró sus cuentas en las redes sociales.

Ricardo Izquierdo, su abogado defensor, explicó a este diario que no existe ningún “impedimento legal” para el uso de computadoras, y calificó de una “locura” las restricciones que le había impuesto la Justicia en sus primeros días de detención.

Por un pedido expreso de la jueza María Laura Martínez Vega, el médico acusado por los delitos de “tenencia con fines de distribución, facilitación, distribución y producción de pornografía infantil” recibió una atención especial en la cárcel. “Esta prisión preventiva decretada conlleva la expresa prohibición del acercamiento y utilización por parte del acusado de computadoras o teléfonos denominados ‘smartphones’, como así tampoco a cualquier tipo de dispositivo vinculado con la transmisión de información digital y/o analógica”, exigió la magistrada. La medida se cumplió a rajatabla durante los primeros cuarenta días de los 98 que permaneció encerrado en el Complejo Penitenciario de Ezeiza.

En estas primeras jornadas de encierro domiciliario, Russo no atendió el teléfono de línea de su casa ni el portero eléctrico. No le abre la puerta a nadie. Lee, cocina y descansa. Según su abogado, “tiene que estar tranquilo para afrontar el juicio”.

El debate comenzará el 28 de octubre próximo y concluirá el 4 de noviembre.

La investigación en la que Russo quedó implicado comenzó hace un año y medio, en febrero de 2018, con el operativo “Luz de Infancia II”, del que participaron 26 países y fue coordinado por Estados Unidos con el objetivo de desbaratar redes de producción y distribución de pornografía infantil.

En agosto de ese año, investigadores brasileños que participaban del operativo identificaron 91 usuarios que se conectaban desde territorio argentino y compartían archivos a través del software P2P. Los datos de los usuarios argentinos fueron comunicados al Cuerpo de Investigaciones Judiciales del Ministerio Público Fiscal porteño en septiembre de 2018.

A lo largo del operativo se identificaron varios usuarios en la plataforma E-mule que pertenecen a Russo, uno era “kidcam Lolifuck” y, otro, “Kidcam Sophie Day only nude”.

Russo fue detenido el martes 28 de mayo pasado en el estacionamiento del Garrahan, mientras se encontraba trabajando. Entre los indicios reunidos, se destaca que entre el 9 de febrero y el 22 de agosto de 2018 el pediatra compartió más de 270 archivos con contenido pornográfico infantil.

Cuatro días antes de que la policía allanara su domicilio en el barrio porteño de Núñez, a las 21.09, “distribuyó un total de siete archivos de video en los que se observan a niñas de corta edad, aproximadamente de entre 8 y 12 años, filmándose ellas mismas en actividades sexuales explicitas o bien exhibiendo sus partes genitales con una clara connotación sexual”.

Además, en las dos computadoras personales que fueron secuestradas en su casa, encontraron un total de 778 fotos y 69 archivos de video “en los que se observa a niñas y niños de entre 6 meses y 12 años en actividades sexuales”.