Habló la abuela que fue atada y violada en La Plata: “No tengo miedo para nada”

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La abuela platense que fue asaltada y sometida sexualmente en su casa contó que no tiene miedo de volver a su casa y aseguró que para juzgar al autor “está Dios”. 

“Estoy bien, dentro de lo que ha pasado. Trato de salir adelante. Que ellos se arreglen, yo sigo con mi vida. Lo que sí lamento es tener que molestar a la familia y movilizarme con un andador y bastón, cuando en mi casa tengo una paz tremenda”, aseguró la abuela de 85 años.

La anciana fue asaltada, violada y maniatada en su casa durante la madrugada del último sábado.

En diálogo telefónico con Crónica TV, la mujer contó las idas y vueltas que tuvo que dar después de radicar la denuncia, para verificar ante médicos y peritos el abuso sexual con acceso carnal. Entre el sábado y el domingo recibió el kit preventivo para casos de abuso, como parte del protocolo para la atención integral de víctimas, y el hospital platense Ricardo Gutiérrez estuvo a cargo de su cuidado.

Aunque evitó hablar del ataque -“no deseo revivirlo”, dijo- sí se refirió al atacante y aseguró ver “solamente a una persona, que es la que me trató mal y amenazaba con matarme. Había muy poca luz, solamente tenía una linterna y el celular que estaba en mi mesa de luz, y encima él estaba encapuchado”, contó. Según pudo determinar, el hombre rondaba los 30 años, y tanto ella como su familia sospechan que actuó con un cómplice, que sería el que quedó grabado mientras escapaba en bicicleta llevando un televisor LED.

El ataque duró cerca de media hora y se extendió aproximadamente hasta las 3.45 de la mañana. El violento se llevó todo lo de valor que encontró, le ató los brazos y las manos a la cama y le tapó la boca con cinta antes de irse. Consultada sobre cómo lleva su vida después del ataque, aseguró: “No tengo miedo para nada, porque soy muy creyente y le dejo a Dios todas las cosas. Yo no me ocupo de la vida de nadie, salvo que sea para ayudarla, y voy a seguir como hasta ahora. El problema es para esa gente que me hizo mal; el que las hace, las paga”, reflexionó, lejos de ponderar la posibilidad de hacer justicia por mano propia.

Por ahora, el asaltante y violador -y su presunto cómplice- siguen prófugos, y el gabinete de Delitos Sexuales de la DDI trabaja en el análisis de testimonios y otras evidencias para tratar de identificarlos.